Brasilia, 21 mar (EFE).- La ministra de las Mujeres de Brasil, Cida Gonçalves, dijo a EFE que la justicia española "falla" al conceder la libertad provisional al exfutbolista Daniel Alves, pues "no hay fianza que compense la enorme brutalidad que es la violación en la vida de una mujer".
La ministra reaccionó de ese modo después de que la Audiencia de Barcelona acordó dejar en libertad provisional al brasileño Alves, bajo una fianza de un millón de euros, y a la espera de que sea firme la sentencia que lo condenó a cuatro años y medio de cárcel por violar a una joven en una discoteca.
Según Gonçalves, la violencia sexual es "una de las más crueles violaciones de los derechos humanos de las mujeres que existen, una falta de respeto a la dignidad y la integridad".
Las declaraciones de la ministra se suman a las efectuadas por el presidente brasileño, Lula da Silva, que en un acto del Partido de los Trabajadores afirmó que "el dinero que tiene Alves, el dinero que alguien le pueda prestar, no puede comprar la ofensa que un hombre le hace a una mujer al cometer una violación"
"Cuando el sexo es algo que se hace entre dos, tiene que ser permitido y consentido por dos. Esto, de hecho, es un delito", dijo al referirse a la violación.
La decisión de la Audiencia le permitirá al exjugador del Barcelona, que lleva catorce meses en prisión preventiva, salir de la cárcel si paga la fianza. También le obliga a entregar sus pasaportes -español y brasileño-, a no salir de España y a comparecer semanalmente ante el tribunal.
No podrá acercarse a menos de mil metros del domicilio de la víctima, de su lugar de trabajo y de cualquier otro sitio que pueda frecuentar, así como comunicarse con ella por cualquier medio.
La libertad bajo fianza le fue concedida a Alves el mismo día que la Justicia brasileña decidió que Robson de Souza "Robinho", quien jugó en el Real Madrid y otros clubes europeos, cumpla en el país la condena a nueve años que le fue impuesta en Italia por participar en la violación colectiva de una joven albanesa.
Ese hecho ocurrió cuando Robinho jugaba en el AC Milan y también en una discoteca de la ciudad italiana, pero el exjugador no llegó a cumplir la pena pues regresó a Brasil, que prohíbe la extradición de sus nacionales.