Ginebra, 19 mar (EFE).- Mujeres de entre 15 y 83 años han sufrido violaciones por parte de los invasores rusos en Ucrania, que han deportado también a menores ucranianos a Rusia o territorios ocupados por ésta, denunció este martes un informe presentado por la Comisión de Investigación de la ONU sobre el conflicto.
Estos abusos, que la comisión considera constitutivos de crímenes de guerra, son algunos de los detallados en el nuevo informe que el grupo de tres expertos presentó ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, adelantado la semana pasada en rueda de prensa.
El informe documenta la transferencia ilegal de al menos 46 niños menores de cinco años desde la ciudad de Jersón, ocupada por las fuerzas rusas hasta finales de 2022, a la península de Crimea, incorporada por Rusia unilateralmente en 2014.
Estas deportaciones formarían parte de los al menos 20.000 menores trasladados forzosamente a Rusia desde Ucrania, según cifras de las autoridades ucranianas que por ahora la comisión designada por Naciones Unidas no confirma.
Las violaciones a mujeres y niñas ucranianas, por su parte, serían un ejemplo más del uso "extendido y sistemático" de la tortura por parte de los invasores rusos en Ucrania, según indicó el presidente de la comisión, Erik Mose, al comparecer este martes ante el Consejo de Derechos Humanos.
"Las víctimas sufren un trato brutal durante tiempos muy prolongados, a menudo en centros de detención en la Federación Rusa, con frecuentes palizas, electroshocks, abusos sexuales y otras prácticas con el fin de extraer información, castigar e intimidar", señaló el experto noruego.
Las víctimas, muchas de ellas entrevistadas por la comisión en los 26 viajes a Ucrania realizados desde su creación en marzo de 2022, suelen sufrir "traumas físicos y mentales de larga duración", indicó Mose, quien puso el ejemplo de un prisionero que tras su liberación ha tenido que ser hospitalizado en 26 ocasiones.
El informe de la comisión también detalla el uso indiscriminado de bombardeos y ataques con explosivos en instalaciones civiles, incluidos bienes culturales protegidos como el centro histórico de Odesa.
"Reiteramos nuestra preocupación por la escala, la extensión y la gravedad de las violaciones y crímenes documentados por Rusia en su invasión de Ucrania", concluyó el jefe de la comisión que completan el colombiano Pablo de Greiff y la india Vrinda Grover.
En el turno de réplicas, la embajadora ucraniana ante la ONU en Ginebra, Eugenia Filipenko, subrayó que "la invasión rusa de Ucrania es claramente una guerra contra los derechos humanos", y condenó la reciente celebración de las elecciones rusas de la semana pasada también en territorios ocupados por el ejército de Rusia en su país.
"Forzar a participar en esa farsa electoral a millones de ucranianos que viven en territorios temporalmente ocupados o han sido deportados a Rusia es ilegal y no tiene validez ante la ley internacional", aseguró la embajadora.
La actual sesión del Consejo de Derechos Humanos deberá en sus últimas jornadas, a principios de abril, votar si prolonga el mandato de la comisión de investigación, algo que la representante de Ucrania, que fue miembro de ese órgano entre 2021 y 2023, recomendó encarecidamente.
"Contamos con la comisión para que mantenga la atención en el impacto de los ataques deliberados y sistemáticos contra la infraestructura civil, o en la implicación de Bielorrusia a la hora de facilitar las ofensivas militares contra Ucrania y las deportaciones de ucranianos, incluidos niños", señaló.