Tokio, 18 mar (EFE).- El Banco de Japón (BoJ) inició este lunes una reunión mensual sobre política monetaria donde debatirá un posible endurecimiento de sus medidas y el fin de los tipos de referencia negativos tras el anuncio de importantes aumentos salariales que acompañan a la inflación.
Si el banco central japonés decide dejar atrás los tipos negativos en su encuentro de dos días, marcará su primer aumento de tasas en 17 años y un distanciamiento de la ultraflexibilización monetaria por la que ha abogado en la última década con el objetivo de poner fin al ciclo de décadas de deflación en el país.
Los analistas financieros esperan que el BoJ ponga fin a los tipos negativos en su presente reunión de marzo, o quizá en abril, tras examinar el resultado de las negociaciones salariales de primavera entre sindicatos y las principales empresas del país, algunas de las cuales han pactado sus mayores subidas en varias décadas.
El aumento salarial promedio ha sido del 5,28 %, impulsado por la confianza empresarial en el inicio de un círculo virtuoso de crecimiento salarial, aumento de los precios y expansión económica.
Las subidas de sueldos son clave para que el BoJ de por bueno su objetivo inflacionario del 2 % interanual, con el que se pondría fin al largo ciclo de estancamiento de la economía nacional.
La inflación nipona lleva meses moviéndose en esos niveles, pero el BoJ se venía mostrando reticente a alterar su política monetaria al considerar que el alza era producto del encarecimiento de la energía y las materias primas, agravado por la debilidad del yen, y en ausencia de un aumento de sueldos acorde para sustentarla.
Desde el grupo financiero Goldman Sachs vaticinan que el abandono de los tipos negativos llegará este mismo martes, "dado el resultado mucho mayor de lo esperado en las negociaciones salariales y las múltiples informaciones en las últimas 72 horas" al respecto, que el BoJ no se ha aventurado a desmentir.
"El BoJ probablemente ya no necesite más datos para el cambio de política ni esperar para justificar la modificación con el informe trimestral de previsiones económicas en abril", señaló la firma en su análisis sobre la economía nipona publicado este mismo lunes.
El banco central japonés situó los tipos de interés de referencia a corto plazo en el -0,1 % en 2016, una medida poco ortodoxa, con la esperanza de abaratar préstamos a empresas e inversores e impulsar a una economía renqueante.
Para reducir los costes de endeudamiento y estimular la economía, la entidad crediticia también viene limitando el rendimientos de los bonos a diez años para guiar la curva de rendimientos a cero.
Sin embargo, ha venido aliviando su control recientemente y ha permitido un alza por encima del 1 %, mientras el resto de bancos centrales de referencia del mundo elevaban los tipos para combatir la inflación.
Los analistas esperan que el BoJ abandone los tipos negativos, el límite de los rendimientos y quizá sus compras de fondos cotizados en Bolsa de forma progresiva, aunque prevén que mantendrá su programa de compra de bonos para evitar que las tasas de interés a largo plazo se disparen, según indicaron desde Goldman Sachs.
Aunque las expectativas sobre un cambio inminente de la política monetaria del BoJ han aumentado recientemente, algunos analistas consideran que el cambio podría llegar no en marzo sino en abril, cuando el BoJ actualizará sus previsiones económicas.
Según sus proyecciones actuales, el banco central japonés vaticina una inflación del 2,4 % para el ejercicio fiscal de 2024 y un alza del 1,8 % para el de 2025.
El banco central estaría también pendiente de la reunión de la Reserva Federal estadounidense (Fed), que arranca el martes, y de la que se espera que empiece a bajar tipos este año ante los signos de estabilización de la inflación tras su batería de subidas.