Jerusalén, 15 mar (EFE).- Mientras más de 80.000 fieles acudían en el primer viernes de Ramadán, que transcurrió sin incidentes, a rezar a la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó en Tel Aviv un último borrador de tregua propuesto por Hamás que exigía el fin de la guerra.
"Las demandas de Hamás son aún poco realistas", dijo hoy la Oficina del primer ministro israelí en un conciso comunicado, en el que, sin embargo, anunció haber dado su visto bueno al plan militar, diseñado por el ejército, para invadir por tierra Rafah, sur de Gaza, donde malviven 1,4 millones de desplazados.
Netanyahu "aprobó los planes de acción en Rafah y el Ejército israelí" se está preparando para la parte operativa y para la evacuación de la población", matiza el texto, sin dar detalles sobre cómo Israel espera evacuar y proteger a tal número de civiles durante un supuesto ataque terrestre.
Incluso EE.UU aseguró el viernes que no ha visto el plan, según dijo su secretario de Estado, Antony Blinken, quien insistió, sin embargo, en que su gobierno "trabaja cada día" con las autoridades israelíes de cara a los desafíos que la guerra supone para Israel, los palestinos y el resto de la región.
La negativa de Netanyahu se produce después de que el jueves, cerca de la medianoche, mediadores de Catar le hicieran llegar a la contraparte israelí una propuesta de Hamás, con pequeñas modificaciones en el número de presos y el tiempo en que los rehenes israelíes serían liberados. Pero en la que mantiene su demanda inicial de poner fin permanente a la "agresión israelí".
Según detallaron a EFE fuentes conocedoras del borrador desde El Cairo, en la primera fase del acuerdo serían liberadas todas "las mujeres, niños, enfermos y ancianos" israelíes secuestrados a cambio de entre 700 y 1.000 prisioneros palestinos.
Además, en esta primera fase -que duraría unos 40 días- también serían puestas en libertad "las mujeres soldado" cautivas y alrededor de un centenar de presos palestinos condenados "a cadena perpetua".
Y el final de esta primera etapa, según las fuentes, desembocaría en un alto al fuego permanente -a fin de que Hamás acceda a liberar al resto de soldados cautivos- y en la retirada completa de las tropas israelíes de la Franja.
Después, comenzaría un extenso proceso de reconstrucción, en un terreno devastado que ya acumula casi 23 millones de toneladas de escombros y "armas sin detonar" esparcidas por todo el enclave, denunció hoy la agencia de la ONU para los palestinos (UNRWA), que dijo que se tardará "años" para reconvertirlo en un lugar seguro.
Se espera, según anunció Netanyahu, que una delegación israelí viaje a Doha a fin de continuar las negociaciones para una posible tregua, de cuyo estancamiento Hamás acusó este viernes al Gobierno israelí, al reiterar que las exigencias del grupo islamista "son claras" y no han variado.
"Todo lo que el enemigo difunde sobre el movimiento obstruyendo las negociaciones es mentira, porque Hamás ha sido clara en sus exigencias", dijo hoy el representante del grupo en Beirut, Ahmed Abdel Hadi.
Y reiteró: "Un cese permanente de la agresión, una retirada completa (de las tropas israelíes de la Franja), la eliminación de los efectos de la agresión y el regreso de los desplazados".
Además, reveló que el grupo ha pedido a los mediadores que consigan "garantías internacionales y un compromiso claro (por parte de Israel) de (que se van a) cumplir las cuatro condiciones" si esperan que Hamás sea todavía más flexible.
Ante una tregua que no llega, la primera y única tuvo lugar durante solo una semana a finales de noviembre, ya han muerto en Gaza cerca de 31.500 personas, más del 72 % de ellas mujeres y niños, y alrededor de 73.400 han sido heridas, según datos de Sanidad.