Pekín, 13 mar (EFE).-China reiteró hoy su "firme oposición" a cualquier forma de "contacto oficial" entre Estados Unidos y Taiwán, después de que el gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) de Taiwán informase de que la vicepresidenta electa de Taiwán, Hsiao Bi-khim, viajará a Estados Unidos por “motivos personales".
El portavoz de la Cancillería china Wang Wenbin aseguró en una rueda de prensa que su país "sigue de cerca la situación", al tiempo que enfatizaba que "Taiwán es una parte inalienable del territorio chino" e instaba a Washington a "reconocer la sensibilidad de la cuestión de Taiwán".
Wang subrayó que las elecciones en la isla son un "asunto interno de China", en el que "ningún país extranjero tiene derecho a interferir".
Hsiao, quien se desempeñó como embajadora de facto de Taiwán en Estados Unidos hasta noviembre del año pasado, viajará con la intención de terminar su mudanza y visitar amigos, y no con "propósitos diplomáticos", aseguró este martes el portavoz del PDP, Justin Wu.
El diario estadounidense Wall Street Journal, por su parte, señaló que la política taiwanesa estará en Washington esta semana, como parte de una visita de “bajo perfil” que incluye varias reuniones con funcionarios del Gobierno del país norteamericano.
Según fuentes conocedoras del viaje citadas por este medio, Hsiao debatirá la agenda del próximo Ejecutivo isleño con miembros de la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, y viajará posteriormente a “varias capitales europeas” a “título privado”.
La última visita de la presidenta saliente de Taiwán, Tsai Ing-wen, a Estados Unidos en abril del año pasado provocó un profundo rechazo por parte de Pekín, que reaccionó con la ejecución de numerosas maniobras militares alrededor de la isla.
La cuestión de Taiwán es uno de los mayores focos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con el gigante asiático.
Taiwán -donde se retiró el Ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil- se ha gobernado de manera autónoma desde 1949, aunque China reclama la soberanía sobre la isla, a la que considera una provincia rebelde para cuya "reunificación" no ha descartado el uso de la fuerza.