Apaculco (México), 13 mar (EFE).- Las alertas por el dengue se encienden en Guerrero, estado del sur de México que reporta 2.371 casos en lo que va del año, lo que significa más de 38 veces los 62 detectados en el mismo periodo de 2023, y más de uno de cada tres de los reportados a nivel nacional este año.
Guerrero representa el 34,7 % de los 6.828 casos de dengue detectados en México en las primeras nueve semanas del año, según el último 'Boletín epidemiológico' de la Secretaría de Salud federal, que muestra un aumento interanual de más de 478 % en la enfermedad en todo el país.
Las autoridades de salud de Guerrero señalan que el problema no ha sido grave, y solo el 71 de los casos reportados por el Gobierno federal se consideran severos.
Pero atribuyen el problema, en particular en el puerto de Acapulco, al impacto del 25 de octubre pasado del huracán Otis, cuyos estragos han propiciado la proliferación de los mosquitos transmisores.
“(Hacemos) tres cosas básicas, la chatarrización lógicamente, la fumigación y, la más importante, la abatización (aplicación de sustancias químicas). Sabemos bien que, si no atacamos que las larvas se sigan reproduciendo, nunca vamos a terminar el problema”, indicó a EFE el director de Salud de Acapulco, Aniceto Leguizamo.
Los casos en México se multiplican mientras la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica en febrero por el dengue en América, donde Brasil y Perú están entre los más afectados.
El funcionario municipal añadió que una de los objetivos en estos meses es eliminar los cacharros, llantas y desechos que dejó el huracán en los hogares.
De lo contrario, advirtió, con las primeras lluvias del año las cosas serán graves.
“Si no hacemos nada en todo este tiempo, si no tomamos medidas radicales de eliminar los cacharros para el mes de mayo, junio o julio, con las primeras lluvias esto pudiera ser un problema serio de salud pública, con las primeras lluvias los huevecillos empiezan a producir las primeras larvas", señaló.
Alfredo Arciniega, empleado del área de vectores de la dirección de Salud Municipal, tiene varios años trabajando contra los mosquitos, una labor que considera pesada porque todos los días camina largos trayectos, sube calles, cerros y escaleras mientras carga los equipos.
Pero aseguró que ahora la inseguridad es el principal desafío, pues hay quienes no le permiten ingresar a sus domicilios.
“Hay mucha gente renuente por la inseguridad y mucha gente no te deja pasar. Y, aparte, dicen que el químico les hace mal y que en el covid-19 lo estábamos echando nosotros", lamentó.
Las autoridades reportan que el 40 % de los hogares no permiten acceso.
"Un problema que nosotros encontramos es que, al pasar casa por casa en las colonias (barrios), observamos que están cerradas. Entonces, aunque abatizáramos el 60 % del resto de la población, lo que propicia es que otra vez los moscos se reproducirían”, comentó el director de Salud.
Las autoridades aseguran que el insecticida no daña a las personas, por lo que piden que dejen ingresar a sus casas.
La encargada del departamento municipal de vectores en el puerto, Dalia Olea, mencionó que las tres actividades principales para combatir al dengue son las nebulizaciones espaciales, las fumigaciones y la entrega de abate para depósitos de agua potable, donde se reproduce el mosquito.
"A las 5 o 6 de la mañana comienza el primer recorrido y en la tarde-noche a partir de las 6 de la tarde, es muy necesario hacerla a esa hora porque mata el mosquito y es necesario que cuando (la gente) escuche pasar la camioneta abra sus puertas y ventanas", indicó.
Reportó 4.688 personas beneficiadas en la entrega de abate, mientras que en las nebulizaciones espaciales son 29.640 y en las fumigaciones térmicas son 4.819 habitantes, por lo que cada semana recorren entre 25 y 30 barrios en Acapulco.
La zona turística es también de especial atención, por lo que los empleados recorren calles, comercios, restaurantes y hoteles para matar larvas y moscos adultos.