El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha celebrado este lunes una reunión extraordinaria para examinar el informe que denuncia la violencia sexual perpetrada por los milicianos palestinos en los atentados del 7 de octubre contra Israel. La representante especial de la ONU sobre la Violencia Sexual en Conflictos, Pramila Patten, ha comparecido en la sede del máximo órgano decisorio de la ONU en Nueva York y ha explicado que se reunieron con supervivientes de los ataques, aunque ninguno de ellos había sufrido violencia sexual. Sí se ha referido a "información clara y convincente" de que los secuestrados por las milicias palestinas han sufrido "violencia sexual, incluidas violaciones, torturas sexualizadas y maltratos crueles, inhumanas y degradantes". De hecho, ha advertido de que hay "motivos razonables" para "creer que esa violencia podría seguir contra quienes están en cautividad". Patten ha señalado que "por un lado nada puede justificar la violencia deliberada perpetrada por Hamás y otros grupos armados el 7 de octubre contra Israel y por otro, nada puede tampoco justificar el castigo colectivo contra el pueblo de Gaza". "Debo decir también que estoy horrorizada por la injusticia que supone que mujeres y niños mueran en Gaza bajo incontables bombas y disparos y también estoy indignada por el nivel de muerte y dolor de familias enteras, con generaciones enteras borradas", ha añadido. Patten ha presentado las conclusiones de su misión a Israel y los territorios palestinos y ha recordado que no tenía naturaleza de investigación. Además ha vuelto a rechazar que el secretario general de la ONU, António Guterres, intentara ocultar el informe de Pattel. "Debo ser clara y categórica: no ha habido ningún intento del secretario general de silenciar mi informe ni censurar sus resultados. Al contrario, he recibido su apoyo pleno política, logística y económicamente", ha asegurado.