Susana Madera
Islas Galápagos (Ecuador), 10 mar (EFE).- La organización ecologista Greenpeace alertó este domingo que la biodiversidad argentina está amenazada por los "negacionistas" de la crisis climática y por acciones del actual Gobierno liderado por el presidente Javier Milei, que ha "exacerbado" esa conducta y el "proextractivismo".
Así lo aseguró en una entrevista con EFE el argentino Hernán Pérez Orsi, del departamento de Investigación de Greenpeace en Argentina, y que es parte de la expedición científica que la organización ambientalista realizada actualmente a bordo del barco Arctic Sunrise en las Islas Galápagos (Ecuador) para estudiar las profundidades del mar.
El activista recapituló que a principios de este siglo se consiguieron en Argentina leyes ambientales fundamentales, como la de glaciares, que fue modelo para replicar en lugares que tenían las mismas condiciones, como "reservorios de agua dulce en forma de glaciares y expuestos a la industria extractiva de la minería".
Pérez Orsi añadió que el modelo productivo agropecuario había "atropellado el bosque nativo" con una tasa de deforestación "inaudita".
Y con ello, se puso en peligro la que es -junto con el Amazonas- la reserva de oxígeno del continente suramericano: el bosque del Chaco, que comparte Argentina con Paraguay, Brasil y Bolivia, pero Argentina logró la aprobación de la ley de bosques, apuntó antes de mencionar otros avances.
Pero "parece que, de un plumazo, este debate, esta maduración societaria en cuanto a los desafíos que este siglo presenta, se borra, y pasamos a un modelo extractivista que tiene una mirada anclada en el siglo XIX o principios del siglo XX, donde todo lo que está en la naturaleza es para explotar".
Argentina tiene variados ecosistemas, como los glaciares, bosques nativos, la selva misionera, las llanuras, la pampa argentina, que son sitios "muy importantes para el depósito de carbono".
Además, cuenta con "el mar argentino, que tiene una plataforma continental de las más grandes del mundo en cuanto a la extensión de su zona fótica, donde penetra la luz", dijo al agregar que esta es "responsable de un tercio de la captura de carbono del país".
El activista opinó que ahora Argentina está inmersa en un debate "medieval, en el sentido de la negación del cambio climático, de la pérdida de la biodiversidad fundamental, y el rol de Argentina como agente de producción de bienes ecológicos".
Su país -sostuvo- tiene una gran responsabilidad al manejar el bosque nativo, los glaciares, "que son fundamentales para que, en el futuro, se pueda contar con agua dulce en la región".
Y consideró que la situación actual representa un "toque de alarma" pues "es un peligro inminente para que se avance con una visión extractivista sobre los recursos naturales" que "son de las generaciones futuras". En cierta forma -insistió- la biodiversidad argentina "está amenazada" por los negacionistas.
"Hay una fuerte corriente de negación del cambio climático, de negación de los efectos de la pérdida de biodiversidad y del efecto que tienen sobre la naturaleza las industrias extractivas, y también un interés en posar sus garras en bienes naturales que son de uso común y que deberían ser prioridad" para la protección.
Y señaló que la nueva Administración, liderada por Javier Milei, ha "exacerbado esta conducta negacionista y proextractivista".
"Definitivamente está empujando, haciendo mucha fuerza de 'lobby' sobre otras fuerzas políticas en función de conseguir sus objetivos de demolición de las leyes de protección ambiental", añadió.
Pérez Orsi denunció además, "un ataque directo" a los activistas: "Están, inclusive tildando a las organizaciones ambientales, entre ellas Greenpeace, como organizaciones terroristas".
Para el activista, Argentina está ante el reto de defender lo ya logrado, la legislación ambiental "que es pionera en la región en muchos aspectos, que ha consagrado la protección de los bosques nativos, de los glaciares".
Más allá de eso, ve prioritario defender a quienes "se tornan en voceros del medio ambiente, que defienden los territorios, las comunidades, la forma de vida de las personas que están en contacto directo con la naturaleza, y la naturaleza mismo".
Cree indispensable que haya "consulta, un proceso de estudio y de consenso con la población y una defensa explícita", que "no se tomen decisiones en un despacho de un funcionario, que terminen afectando al ambiente y las generaciones". EFE
sm/fgg/eat
(foto) (video)