La Habana, 7 mar (EFE).- El exministro cubano de Economía y Planificación Alejandro Gil, cesado el pasado 2 de febrero, está siendo investigado por la vía penal de un supuesto delito de corrupción, el mayor cargo político de la isla investigado por corrupción en más de una década.
En un inusual comunicado difundido este jueves, el presidente del país, Miguel Díaz-Canel, afirmó que tras una "rigurosa investigación" se han descubierto con un alto "nivel de verificación" una serie de "graves errores" en la conducta de Gil.
Agregó asimismo que el exministro ha reconocido "graves imputaciones" y, en consecuencia, renunciado a los cargos que aún mantenía, como miembro del comité central del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) -el núcleo duro del poder político en la isla- y como diputado en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
"Como parte de la invariable ética de la revolución cubana durante estos 65 años, la dirección de nuestro partido y del Gobierno nunca ha permitido ni permitirá jamás la proliferación de la corrupción, la simulación y la insensibilidad", asegura Díaz-Canel.
La nota presidencial no aporta detalles sobre los hechos investigados ni sobre los posibles delitos que se le podrían imputar a Gil. Todos los medios de comunicación oficiales se limitaron a reproducir textualmente la nota.
Díaz-Canel agregó que la decisión de investigar a Gil se tomó de común acuerdo entre la cúpula del PCC, la Fiscalía General y el Consejo de Estado, con el objetivo de lograr el "esclarecimiento total de esas conductas".
El presidente recalcó la "tolerancia cero" de su Ejecutivo contra la corrupción, una frase que distintos cargos del Gobierno cubano han repetido en las últimas semanas con la puesta en marcha de una campaña de declaraciones e informaciones en medios oficiales contra los delitos económicos.
A mediados de febrero Díaz-Canel ya había utilizado esa fórmula en una reunión con la Fiscalía General y denunció que esos hechos "laceran" y "erosionan la base moral de la sociedad" y que la corrupción "retrasa el desarrollo social, el crecimiento y el desarrollo económico", además de generar desconfianza en la población.
"La corrupción puede ser tan devastadora, que puede llevar a un país a la pobreza; a la pobreza moral y a la pobreza material. La corrupción puede destruir un país", afirmó entonces Díaz-Canel.
En las últimas semanas se han difundido en medios oficiales varias operaciones policiales y judiciales contra redes de corrupción en la que estaban involucrados, entre otros, trabajadores estatales, pero siempre de nivel bajo o medio.
Entre ellas destaca la desarticulación de una trama que robó 133 toneladas de pollo congelado de unos almacenes estatales, que dejó 30 acusados (que enfrentan posibles penas de hasta 20 años de prisión), además de varios ceses de cargos de confianza en empresas estatales. La red obtuvo un beneficio ilícito estimado de 1,35 millones de dólares.
También se difundió en medios oficiales hace una semana que en los últimos tiempos se había sancionado a penas de entre dos y 22 años de cárcel a un total de 203 trabajadores estatales por delitos como malversación, cohecho, falsificación de documentos, sustracción y daños de documentos u otros objetos en custodia oficial.
Gil, que accedió al cargo en 2018 de la mano de Díaz-Canel y se desempeñó en ese puesto hasta el pasado 2 de febrero, es el mayor alto cargo del Gobierno cubano y del PCC investigado por corrupción en más de una década.
Los últimos casos sonados, de 2011 y 2012, corresponden a las penas de cárcel dictadas contra un exministro y tres exviceministros. Todos ellos fueron investigados dentro de una campaña anticorrupción iniciada durante los primeros años de la presidencia de Raúl Castro, el antecesor de Díaz-Canel.
El mandato de Gil al frente de Economía y Planificación estuvo cargado de polémica por una serie de medidas que resultaron fallidas para atajar la crisis que enfrenta Cuba desde hace más de tres años y para subsanar sus graves distorsiones económicas.
De hecho su sorpresiva destitución se había achacado hasta ahora principalmente a sus errores de gestión. EFE
lh/jpm/jrh
(foto)