Madrid, 6 mar (EFE).- El programa 'Nunca lo mismo. Arte latinoamericano', y el Caribe como tema de la edición convierten a Latinoamérica en protagonista de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO), con la migración como eje central, un tema de moda pero que hay que tratar "sin oportunismos".
'La orilla, la marea, la corriente: un Caribe oceánico', es el tema central de ARCO 2024, que abrió este martes sus puertas para el público profesional en su 43 edición, con 205 galerías -el 65 % extranjeras-.
El 30 % de ese 65 % son latinoamericanas - 38 -, que se reparten entre las que se encuadran en el lema general dedicado al Caribe - diecinueve - y otras diecinueve dentro del programa general y la sección 'Nunca lo mismo. Arte latinoamericano'.
"El Caribe no es solo uno, hay múltiples Caribes, y el que nos interesa no es el territorial, sino el expandido por el mundo que habla de inmigración forzosa o voluntaria, con artistas que desafían estereotipos", explicó la puertorriqueña Carla Acevedo-Yates, que junto a la dominicana Sara Hermann son las comisarias de la sección dedicada al Caribe.
La descolonización planea sobre la mayoría de las obras de esta sección, si no de "manera literal", sí de un modo indirecto, cuando abordan cuestiones como la identidad, precisó Acevedo-Yates.
Los visitantes se encuentran con obras de 19 artistas e incluso pueden saborear una de las obras: "Helado de Agua del Mar Caribe", que no es otra cosa que un helado hecho por la cubana Quisqueya Henríquez -afincada en República Dominicana- con agua de mar.
La artista combate con esta pieza el estereotipo asociado a la cultura caribeña y habla de la inmigración: el helado es salado y tiene un color azul intenso, el mismo que el de la Playa de Caletas, el último lugar que ven los inmigrantes cuando se marchan en avión.
Para Johan Wolfschoon, de la galería Diablo Rosso (Panamá), integrada en la sección destinada al Caribe, donde presenta las obras de Fabrizio Arrieta (Panamá) y Omar Velázquez (Puerto Rico), "hay artistas desplazados de su contexto, y eso influye en la forma en la que ven el mundo, aunque no sea de forma directa".
Es el caso del artista haitiano Adler Guerrier, afincado en Florida. "En sus collages coloridos vemos la naturaleza torturada de los jardines de Estados Unidos, frente a la frondosa y salvaje de Haití", resaltó Diego Feldman, de la galería parisina '193'.
"La temática que presentamos desde nuestra galería es la 'criollización' y cómo el Caribe ha perdido el rastro de su propia inmigración entre españoles, africanos y nativos que murieron más allá de grandes civilizaciones como la maya", añadió.
"El tema de la migración está de moda, por eso debe tratarse sin oportunismos", dijo a Efe el venezolano Henrique Faria, con una galería homónima en Nueva York, para quien esta temática "como el género, la raza u otras muchas" debe abordarse "con respeto".
La revalorización de las culturas no occidentales y las visiones del mundo indígena alejadas de las perspectivas eurocéntricas son el pilar de la sección 'Nunca lo mismo', que se realiza desde el año 2022 y en la que hay obras como las del argentino Andrés Piña, en la galería bonaerense Sendrós.
"He trabajado a través de registros genealógicos sobre los recipientes y las ollas como objeto cultural y sus usos prehispánicos como recipiente funerario", dice el artista.
En esta línea de rendir tributo a costumbres o culturas perdidas destaca también la obra 'libro quemado' del argentino Leandro Katz que se convierte en un homenaje a todos los códices quemados por Diego de Landa en 1562, en los que se recogían costumbres e historias populares.
La presencia latinoamericana se extiende a la sección 'Opening', destinada a quince galerías jóvenes, donde la colombiana 'Espacio Continuo' presenta las obras de la peruana Adriana Ciudad y el colombiano Andrés Matías Pinilla, con cuadros y piezas bordadas.
María Muñoz Rivera