Indígenas de Ecuador rechazan a Noboa por pacto no consentido con una minera canadiense

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Quito, 6 mar (EFE).- El Pueblo Indígena Shuar-Arutam, que habita en la Amazonía ecuatoriana, rechazó este miércoles la actitud del presidente del país, el empresario Daniel Noboa, por haber pactado con la minera canadiense Solaris Resource, sin el consentimiento legal de esa comunidad originaria.

Jaime Palomino, presidente del pueblo Shuar-Arutam, remarcó en una rueda de prensa el rechazo del movimiento indígena ecuatoriano a la participación de Noboa en la mayor feria minera del mundo, la PDAC, que se desarrolló en Toronto.

Según Palomino, en su visita a Canadá, Noboa ha avalado una negociación con Solaris Resources para proseguir con el desarrollo del proyecto minero Warintza, situado en la provincia amazónica de Morona Santiago, en el sureste de Ecuador.

En Toronto, donde Noboa acudió a promocionar a Ecuador como destino para la inversión minera, Solaris anunció un acuerdo con la Federación Interprovincial de Centros Shuar (FICSH) y la Alianza para Emprendimiento e Innovación de Ecuador (AEI) para "promover el desarrollo económico y social".

El anuncio se produjo 24 horas después de que la organización Pueblo Shuar-Arutam (PSHA) presentase, junto con las organizaciones MiningWatch Canada y Amazon Watch, una demanda contra Solaris ante la Comisión del Mercado de Valores de la provincia canadiense de Columbia Británica.

Aunque la compañía canadiense ya efectuó en 2023 estudios exploratorios para desarrollar la extracción de cobre, oro y molibdeno, los indígenas han asegurado que el proyecto no es respaldado por los pueblos originarios que habitan en esa jurisdicción, opuestos al extractivismo.

Palomino denunció que el dirigente David Tankamash, al que las comunidades indígenas no reconocen, se encuentra también en Canadá para respaldar supuestamente los acuerdos con la canadiense, en lo que calificó una "arrogación de funciones" y sin el consentimiento de las bases de la comunidad.

Palomino envió un mensaje a Tankamash, al que pidió que no se preste a las maniobras de la firma canadiense en su objetivo de suscribir los convenios de desarrollo del proyecto Warintza.

En la rueda de prensa también intervino el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, la organización social más grande del país, quien expresó su respaldo a los pueblos originarios que se oponen a las operaciones mineras en sus territorios.

"La lucha es la madre de todos los derechos", apostilló Iza y criticó al presidente Noboa por continuar con una estrategia de fomentar la minería en el país, pese a que, según él, dicha actividad no ha devengado en el desarrollo nacional.

Iza recordó la historia de "saqueos" que ha sufrido el orbe andino desde la época de la colonia en el siglo XVI, que incluye a los 200 años de vida republicana.

Los territorios de los pueblos originarios "han sido saqueados" y la "la experiencia minera ha dejado pobreza y desolación", remarcó Iza, que también cuestionó el interés del presidente Noboa por concretar un tratado de libre comercio (TLC) con Canadá.

Según el líder de la Conaie, Noboa, que es heredero del emporio bananero de su familia, tiene intereses en la minería a través de sus empresas, pues indicó que ellas son las intermediarias de los beneficios de los derechos mineros que se intentan negociar.

El mandatario tiene un "conflicto de intereses", pues busca beneficiar al "Grupo Noboa", bajo el pretexto de ir por las inversiones extranjeras para solucionar una crisis fiscal de larga data, añadió.

El líder indígena también criticó la posibilidad de que se abra el catastro minero, algo en lo que la ministra de Energía y Minas, Andrea Arrobo, aseguró que se está trabajando en el Ejecutivo.

Para Iza, la expansión del catastro minero pondría en peligro el 40 % de las microcuencas hidrológicas del país, así como del 60 % de las subcuencas, por contaminación o desaparición de ellas a causa de la minería, afirmó Iza.

Incluso afirmó que, de acuerdo a estudios, ciudades ecuatorianas como Quito, Riobamba y Loja, ubicadas en la cordillera andina, podrían quedar "desoladas, porque se quedarán sin agua".

"El impacto no es sólo para los territorios de los pueblos indígenas, sino (...) para todo el pueblo ecuatoriano", alertó el presidente de la Conaie.

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