Kiev, 2 mar (EFE).- En los últimos trece días de febrero las Fuerzas Armadas ucranianas han logrado derribar 13 aviones de guerra rusos gracias al despliegue en el frente de sistemas antiaéreos occidentales y de fabvricación soviética que amenazan a la aviación rusa y limitan su capacidad de lanzar las bombas deslizantes que fueron clave en la batalla de Avdivka.
"Los ucranianos decidieron desbaratar esta táctica rusa con el despliegue de medios antiaéreos adicionales más cerca del frente", dijo a EFE el analista militar y coronel del Ejército ucraniano en la reserva Serguí Grabski, que explicó la importancia de las bombas aéreas o deslizantes en la reciente toma de la ciudad oriental de Avdivka por parte de Rusia.
Este experto recuerda que las fuerzas rusas utilizaron contra las posiciones ucranianas en Avdivka una media de 46 bombas deslizantes al día. "Las defensas aéreas no pueden interceptar las bombas, y así fueron destruidas numerosas líneas de defensa y posiciones ucranianas", afirmó.
Las bombas deslizantes son explosivos convencionales a los que se les han añadido alas y sistemas de navegación para que sigan una trayectoria directa hacia el objetivo. Pueden ser lanzadas desde decenas de kilómetros de distancia, lo que permite a los aviones no acercarse demasiado a las defensas enemigas.
Las empleadas masivamente por Rusia en Avdivka eran lanzadas desde aviones a una distancia de entre 25 y 30 kilómetros del objetivo.
Parcialmente rodeadas por las tropas rusas, las fuerzas ucranianas no podían arriesgarse a desplegar allí sus sistemas antiaéreos más sofisticados, y debían conformarse con utilizar armamento de un rango de apenas unos kilómetros incapaz de alcanzar a los aviones rusos que lanzaban las bombas aéreas.
Las cosas cambiaron en ese teatro de operaciones con la retirada ucraniana de Avdivka el 18 de febrero. Con el frente de nuevo alineado, las tropas ucranianas ya no son atacadas desde tres direcciones, sino únicamente de manera frontal.
Tomando riesgos que habían evitado hasta entonces, Ucrania envió al frente oriental sistemas de defensa antiaérea occidentales como los Iris-T o los Samp-T enviados por países como Alemania, Francia o Italia que, por lo general, han sido utilizados para proteger zonas civiles e infraestructuras en regiones menos expuestas de la retaguardia.
Además, señaló Grabski, Ucrania ha recurrido a equipamiento soviético que estaba prácticamente descartado hasta el comienzo de la invasión militar rusa, como el sistema de misiles S-200, para evitar que Rusia extienda el uso de bombas aéreas a otras zonas del frente en las que busca avanzar.
"El rango del misil S-200 es de 250 kilómetros", indicó.
Precisamente con este tipo de misiles las fuerzas ucranianas derribaron el 23 de febrero en la zona del mar de Azov uno de los aviones espías A-50 que Rusia utiliza para tareas de coordinación aérea y detección de sistemas defensivos enemigos.
Ucrania ya derribó el pasado 14 de enero otro avión-radar ruso A-50. Después de estos dos golpes, a Rusia le quedan únicamente seis aviones A-50, según el jefe de la inteligencia militar ucraniana (GUR), Kirilo Budánov.
Además de un avión espía A-50, Rusia ha perdido desde el 17 de febrero diez cazabombarderos Su-34 y dos cazas Su-35.
Estas bajas para la aviación rusa están lejos de equilibrar la ventaja que Rusia tiene sobre Ucrania en el aire.
"Según nuestra evaluación, la relación es de un caza ucraniano por cada 10 cazas rusos", señaló Grabski.
Pero la frecuencia con la que Rusia está perdiendo aviones ya le ha hecho "reducir el uso de aviación en las batallas actuales", una situación que podría continuar en el futuro.
El coronel en la reserva destacó también el impacto que estos derribos pueden tener en materia de recursos humanos.
"Se tarda cinco años en formar a un piloto, y sólo unos cinco meses en preparar a la tripulación de un tanque", explicó.
Pese a los resultados que han logrado sus sistemas antiaéreos en el frente en febrero, Ucrania necesita más equipamiento de este tipo y más sistemas de artillería y munición.
El propio presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha pedido en repetidas ocasiones que se dote a Ucrania de más sistemas antiaéreos como los Iris-T, Samp-T, Hawk o Patriot para que pueda combinar la protección de la retaguardia con el despliegue de este equipamiento cerca del frente.
"Si hoy o en los próximos meses Ucrania recibiera diez sistemas Patriot para los centros industriales clave de Ucrania, y pudiéramos usar estos sistemas más cerca de la línea del frente, (los aviones rusos) no se acercarían a nosotros, retrocederían, romperíamos sus líneas de defensa y avanzaríamos", dijo el pasado 26 de febrero.
por Marcel Gascón