Sara Gómez Armas
Jerusalén, 1 mar (EFE).- Con la misión de reformarse para poder asumir el control ejecutivo de la Franja de Gaza cuando acabe la guerra, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) debe formar en los próximos días un nuevo gobierno, de perfil más tecnócrata y del agrado de EEUU, aunque un impopular presidente Mahmud Abás se mantendrá en el poder.
Con un llamado a la "unidad nacional", el primer ministro palestino, Mohamed Shtayeh, presentó este lunes la dimisión de todo el gobierno de la ANP ante Abás, "a la luz de los acontecimientos políticos, de seguridad y económicos relacionados con la agresión en la Franja de Gaza y la escalada sin precedentes en Cisjordania".
"El próximo candidato a primer ministro deberá ser visto como independiente y con poder, particularmente en las esferas financiera y de seguridad. Esto es esencial para lograr acuerdos sostenibles de posguerra en Gaza", afirma Ghaith al Omari, analista de The Washington Institute y exasesor en relaciones internacionales de Abás.
Se espera que Abás designe un nuevo Ejecutivo la próxima semana, de corte tecnócrata como le ha pedido EEUU, y el candidato más firme para el cargo de primer ministro es el director del Fondo de Inversión Palestino, Mohamed Mustafa, economista formado en EEUU que ocupó puestos de relevancia en el Banco Mundial y mantiene buena relación con funcionarios de ese país.
También es cercano a Abás y fue vice primer ministro de un breve gobierno de unidad nacional formado en 2014 para la reconstrucción de Gaza tras la guerra de ese año, por lo que puede ser una figura aceptable para Hamás.
Apoyo de EEUU
En su última visita a la región en enero, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, aseguró a Abás que Washington apoya "pasos tangibles" para un Estado palestino, que incluya la Franja de Gaza y regido por la ANP -que gobierna en zonas reducidas de Cisjordania ocupada- pero le pidió a cambio una "renovación" ante la grave crisis de legitimidad y desprestigio que padece entre los palestinos.
"A corto plazo no es realista que la ANP asuma el control total de Gaza, los donantes necesitan pruebas de que la institución se ha reformado, está capacitada y es financieramente transparente. (...) A largo plazo, una ANP reformada y fuerte es necesaria para avanzar en la solución de los dos Estados", apunta Omari.
Israel presentó hace una semana su plan de posguerra para Gaza, que contempla el control de seguridad israelí -que le permita realizar incursiones para detener "sospechosos de terrorismo" como hace en Cisjordania-, pero cede el control civil del enclave a "palestinos alejados de o entidades que apoyen el terrorismo", cerrando al puerta a Hamás. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se opone tanto al retorno de la ANP a Gaza como a la posibilidad de un Estado palestino.
¿Es un cambio?
Pero el nuevo gobierno de la ANP seguirá bajo el mando del presidente Mahmud Abás, de 88 años, con problemas de salud, acusado de autoritario y corrupto, y que no se somete a las urnas desde 2005, con su popularidad desplomándose en cada encuesta.
"Designar un nuevo primer ministro puede no ser suficiente para solucionar este problema más amplio de legitimidad, especialmente si hay dudas sobre la independencia del próximo gabinete. Sin señales claras de cambios más importantes, la confianza del público en ANP seguirá en picado", señala Omari.
Según un sondeo del Centro Palestino de Investigación de Políticas y Encuestas en diciembre, un 60 % de los palestinos apoya la disolución de la ANP y el 92 % la renuncia de Abás.
El apoyo a Hamás en Cisjordania trepó al 60 %, mientras que un 16 % optó por un gobierno de unidad sin Abás, un 7 % por mantener la ANP en su estado actual y solo un 3 % se decantó por la fórmula que toma forma con el impuso de EEUU: un Ejecutivo de cohesión nacional con Abás al frente.
"Necesitamos es una representación más inclusiva de los palestinos, que salga de unas elecciones generales y democráticas. Este supuesto cambio satisface una demanda estadounidense, pero no las necesidades de los palestinos", lamentó Isaam Arouri, que preside la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Palestina.
"La reforma debe alcanzar todos los niveles de la ANP, incluida la presidencia, para impulsar la institución", añade.
El partido secular Fatah -encabezado por Abás y que vertebra la ANP- y Hamás han retomado esta semana en Moscú su diálogo de reconciliación nacional, tras la fractura de 2007 cuando los islamistas rompieron el gobierno de unidad nacional formado un año antes, expulsaron a la ANP de la Franja y se hicieron por la fuerza con el poder.
"Tenemos una necesidad urgente de un consenso interpalestino, con base nacional, amplia participación, unidad de filas y la extensión de la autoridad de la ANP en toda la tierra de Palestina", afirmó Shtayeh al dimitir.
"La reunión en Moscú es prematura. Muchas cosas dependen del desenlace de la guerra en Gaza. La comunidad internacional no debería cometer el error de ignorar de nuevo a Hamás", señaló Arouri. EFE
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