Jartum, 28 feb (EFE).- La ONG International Rescue Committee (IRC) denunció este miércoles que la organización se enfrenta a un aumento de más del 40 % de los costes de envío de ayuda humanitaria a Sudán por la crisis en el mar Rojo, donde los rebeldes hutíes del Yemen llevan meses atacando buques comerciales.
La IRC dijo en un comunicado que su transportista "ha tomado la difícil decisión" de suspender las operaciones hacia Port Sudán, el principal puerto del país africano en el mar Rojo y una de las pocas zonas seguras de todo el territorio sudanés, donde desde mediados de abril de 2023 se está librando una cruenta guerra entre facciones militares.
Ante esta circunstancia, la ONG "se ha visto obligada a buscar rutas alternativas" para hacer llegar a la población los suministros médicos esenciales para los servicios sanitarios de Sudán, devastado por la guerra y escenario de una de las peores catástrofes humanitarias del mundo.
"Los envíos que tardaban una o dos semanas, como máximo, ahora tardan meses en llegarnos", dijo en declaraciones en la nota el director de IRC en Sudán, Eatizaz Yousif, que recordó que Port Sudán es "el principal centro para las agencias de ayuda humanitaria en la región".
La alternativa presentada a la ONG ha sido la de desviar la ruta a través de otra naviera que opera desde el puerto de Jebel Ali, en Emiratos Árabes Unidos, hasta Port Sudán, algo que supondría un incremento del 40 % de las operaciones.
"Las rutas alternativas implican distancias de transporte más largas, lo que aumenta los tiempos de tránsito y, en consecuencia, provoca retrasos en la entrega de ayuda crítica a quienes la necesitan, lo que hace que nuestras operaciones sean desafiantes y costosas", lamentó el responsable.
Asimismo, recordó que aproximadamente la mitad de la población de Sudán requiere de algún tipo de asistencia al tiempo que el país "se enfrenta a la mayor crisis de desplazamiento interno del mundo", con más de siete millones de desplazados por el conflicto.
Según las autoridades locales Sudán se ha vuelto dependiente de la importación de bienes básicos después de que la guerra destruyera el 80 % de las fábricas en Jartum y dejara de funcionar la refinería de petróleo de la capital, por lo que la drástica disminución de la llegada de buques pone al país en una situación todavía más difícil.