El Ejército de Argelia ha realizado unas maniobras militares cerca de la frontera con Malí ante el aumento de la inseguridad en la región del Sahel por los ataques por parte de grupos yihadistas y tras la decisión de la junta militar maliense de anular el acuerdo de paz con los rebeldes tuareg alcanzado en 2015 en Argel. El Ministerio de Defensa argelino ha señalado en un comunicado que las maniobras, llamadas 'Tempestad de Hoggar 2024', contaron con la presencia del jefe del Estado Mayor del Ejército, Said Chanegriha, quien se desplazó a Bordj Badji Mojtar para supervisar estos ejercicios militares. Así, ha recalcado que durante las mismas se realizaron "acciones de combate" caracterizadas por "una gran profesionalidad" y "un alto nivel táctico y operativo" que "refleja la aptitud para el combate del personal y los comandantes de las unidades". De esta forma, ha hecho hincapié en que las maniobras han dado unos resultados "muy satisfactorios" y ha detallado que incluyeron "una operación de desembarco aéreo" a través de helicópteros y un envío de paracaidistas a "zonas en profundidad de las defensas enemigas", con el objetivo de "destruir las fuerzas de un enemigo no convencional", en aparente referencia a grupos terroristas. Chanegriha destacó tras las maniobras que está "totalmente decidido" a "desplegar todos los esfuerzos necesarios y garantizar una consolidación permanente y un desarrollo sostenido de la totalidad de los componentes del Ejército Nacional Popular", al tiempo que aplaudió a todos los implicados en este "ejercicio táctico". Las maniobras tuvieron lugar ante el deterioro de la situación de seguridad en el Sahel --principalmente en Malí, Níger y Burkina Faso, sacudidos además durante los últimos años por una serie de golpes de Estado--, marcada por las operaciones de grupos yihadistas y la situación de inestabilidad en Libia. Asimismo, la junta militar de Malí, encabezada por Assimi Goita, anunció a finales de enero el fin del Acuerdo de Argel ante las tensiones con Argelia debido a las reuniones entre el presidente argelino, Abdelmayid Tebune, con líderes rebelde tuareg, que las autoridades achacaron a sus labores de mediación. Argelia ha sido el principal mediador en las conversaciones entre las autoridades malienses y los tuareg, cuyas negociaciones derivaron en 2015 en el acuerdo de paz por el que los separatistas pasaron a formar parte de las Fuerzas Armadas, se selló un alto el fuego y se propuso dotar de más competencias a la parte septentrional de Malí. No obstante, la llegada al poder de la junta militar tras los golpe de Estado de 2020 y 2021 derivó en un aumento de las tensiones y el posterior estallido de un conflicto. Los rebeldes tuareg se han levantado en armas hasta cuatro veces en 50 años para conseguir, en unos casos, mayor autonomía o, en otros, directamente la independencia de Bamako.