Sídney (Australia), 26 feb (EFE).- El Parlamento de Tuvalu, uno de los pocos países que reconoce a Taiwán, eligió este lunes como primer ministro a Feleti Teo, en medio de la competencia geopolítica entre China y Estados Unidos en la región del Pacífico.
"Se trata de la primera vez en nuestra historia que un primer ministro fue nominado sin oposición", anunció hoy el legislador y ex ministro de Cambio Climático y Relaciones Exteriores de Tuvalu Simon Kofe, en un mensaje en X, al agregar que Teo y los miembros de su Gabinete asumirán sus cargos esta semana.
Feleti Teo, de 61 años y quien fue elegido hoy en una sesión en el Parlamento de Tuvalu, con 16 legisladores, fue el primer fiscal general de origen tuvaluano de su país, así como se desempeñó como director ejecutivo de la llamada Comisión del Atún del Pacífico.
Teo sucederá a Kausea Natano, quien defendía una postura diplomática favorable al Ejecutivo de Taipei y perdió su escaño durante las elecciones generales celebradas en la pequeña nación del Pacífico el 26 de enero.
El nuevo mandatario todavía tiene que pronunciarse sobre la posición de su Ejecutivo respecto a su política internacional.
Estos comicios se desarrollaron bajo la atenta mirada de Taiwán, China y Estados Unidos, entre otros países, debido a la competencia estratégica en el Pacífico, que se intensificó cuando Islas Salomón firmó en 2022 con Pekín un pacto de seguridad negociado de manera opaca e hizo temer la expansión del gigante asiático en la región.
Tuvalu es uno de los doce países del mundo que mantienen lazos diplomáticos oficiales con Taiwán, además de Guatemala, Paraguay, Islas Marshall o la Ciudad del Vaticano.
Reconocer al Gobierno de Taipei se traduce en no mantener relaciones diplomáticas con China, ya que el gigante asiático no reconoce la independencia de la isla autogobernada y la califica como provincia rebelde y parte de su territorio.
Once días antes de las elecciones en Tuvalu, Nauru, una república del Pacífico Sur, anunció de imprevisto la ruptura de sus lazos con Taiwán y viró su política internacional hacia Pekín, al igual que sucedió en 2019 en estados insulares de Kiribati e Islas Salomón.
Tuvalu, una remota nación del Pacífico con una población más de 11.000 habitantes repartidos en cuatro islas coralinas y cinco atolones, carece de una economía a gran escala y obtiene sus ingresos principalmente de la pesca, así como depende fuertemente de la ayuda internacional, entre ellas de Australia.