Varias ONG han alertado de la situación que vive la población en Ucrania cuando se cumplen dos años de la guerra, que comenzó en 2022, al tiempo que lamentan "la ola de solidaridad que siguió al inicio del conflicto está mostrando las primeras grietas a medida que la crisis se alarga", como señala Acción contra el Hambre. Esta ONG recuerda que alrededor de 14,6 millones de personas, el 40% de la población, necesitan ayuda humanitaria. Solamente en Ucrania, la organización ha apoyado a más de 500.000 personas desde el inicio del conflicto en 2022. Además, lamenta que más de 6 millones de personas han huido de Ucrania y otras 4 millones están desplazadas dentro del país; alrededor de 7,3 millones de personas necesitan alimentos y apoyo para mantener sus medios de vida, y muchos hogares que dependían de ingresos agrícolas han tenido que reducir o abandonar sus actividades debido al conflicto. Todo ello, añade la ONG, ha reducido el poder adquisitivo de las poblaciones afectadas, lo que ha resultado en un aumento de la inseguridad alimentaria y la desnutrición. "La guerra aún no ha terminado y las necesidades siguen creciendo. La situación humanitaria podría deteriorarse aún más este año. Muchos ucranianos podrían verse obligados de nuevo a abandonar sus hogares para salvar sus vidas", afirma el director general de Acción contra el Hambre, Olivier Longué. "La ola de solidaridad que siguió al inicio del conflicto está mostrando las primeras grietas a medida que la crisis se alarga. De los 3.900 millones de dólares que, según la ONU, harían falta para proporcionar una ayuda humanitaria adecuada, solo se ha financiado el 60%", lamenta. "Muchos menores de Ucrania llevan cuatro años sin recibir educación formal debido al conflicto. Según el gobierno ucraniano, más de 3.790 centros educativos han sido dañados o destruidos y las instalaciones intactas se han utilizado para alojar a personas refugiadas. Esto tiene un enorme impacto en su desarrollo cognitivo y su salud mental", explica Natalia Anguera, la responsable regional de Oriente Medio y Eurasia en Acción contra el Hambre. En este sentido, el conflicto está teniendo un impacto en la salud mental de la población ucraniana, especialmente entre menores y personas mayores y las personas que viven cerca de la línea del frente. Se calcula que el 22% de las personas afectadas por el conflicto padecen trastornos mentales que van desde la depresión leve o la ansiedad hasta la psicosis, y casi una de cada diez personas vive con un trastorno moderado o grave. Alina huyó con sus tres hijos de Zuivka, en el este de Ucrania a primera hora del día 24 de febrero de 2022. "Tardamos un día y medio en llegar a Kiev, y durante meses estuvimos viviendo con distintos familiares", recuerda. Hace nueve meses se instalaron en Mariápolis, la ciudad salesiana de módulos prefabricados en Lviv, una ciudad que alberga a casi mil personas en pequeñas viviendas. Mariápolis es uno de los proyectos que, desde el inicio de la guerra, mantienen desde Misiones Salesianas para facilitar comida diaria, combustible para las cocinas, lavadoras, logística y atender a la población desplazada. Otro sus proyectos tiene que ver con las condiciones para superar el invierno y con el acceso de los menores a la educación construyendo refugios seguros en los centros educativos. Durante estos dos años de conflicto, Misiones Salesianas ha enviado más de 1,5 millones de euros para desarrollar 30 proyectos que han beneficiado de manera directa a más de 16.000 personas. "Seguiremos al lado de la población, tratando de ayudarla y acompañarla en lo que necesite. Gracias a la solidaridad de la Familia Salesiana a nivel mundial llevamos dos años atendiendo la emergencia, así que sólo esperamos que las personas que nos ayudan no se cansen de hacerlo ni se olviden de nosotros porque la ayuda sigue siendo necesaria y, sobre todo, deseamos que llegue la paz", comenta Mykhaylo Chaban, uno de los superiores de los Salesianos en Ucrania. IMPACTO EN LA SALUD MENTAL: "LOS JÓVENES REPRIMEN EMOCIONES" Otra iniciativa es 'Embajadores jóvenes y diversos', que impulsa la organización ucraniana STAN, socia de Alianza por la Solidaridad- ActionAid, en la que participa Ksenia Ukolova, de 20 años. "Nos enfrentamos a una crisis psicológica, nos sentimos ahogados. Muchas personas están paralizadas debido a la ansiedad y los pensamientos negativos. Cuando la guerra armada haya acabado, tendremos una guerra mental y nuestro país y nuestra sociedad simplemente no están acostumbrados a dar la bienvenida a las personas que han sobrevivido", relata. "Los jóvenes ahora están tratando de reprimir sus emociones. Quieren fingir que todo está bien. Tratan de abstraerse de esta situación. E incluso actúan como si la guerra no existiera, pero en realidad están muy preocupados por ella. Y, por lo tanto, no entienden que su negación está afectando negativamente su estado psicológico" subraya Nastya, coordinadora regional de STAN en Volodymyr. Por todo ello, Alianza-ActionAid y las organizaciones socias en terreno están apoyando programas de empoderamiento dirigidos a mujeres y jóvenes desplazados y afectados por la guerra, con el fin de dotarlos de las herramientas necesarias para hacer frente al trauma y hacer oír su voz. "La situación de salud mental en Ucrania es grave. Deben abordarse urgentemente las necesidades de la población, especialmente el acceso a asesoramiento y terapia, así como los derechos de los grupos más vulnerables como son mujeres, niñas o las comunidades LGBTIQ+ o Roma. Darles voz, es la única manera de garantizar que la población ucraniana, especialmente los jóvenes, puedan vivir en paz y seguridad y puedan acceder al apoyo que necesitan para recuperarse", alerta la coordinadora del Programa Humanitario de Alianza-ActionAid España, Kirsten Sutherland. Desde marzo de 2022, Alianza por la Solidaridad-ActionAid ha trabajado con cerca de 40 organizaciones locales en 4 países: Ucrania, Polonia, Rumanía y Moldavia, apoyando a más de 2,1 millones de personas desde marzo de 2022 hasta diciembre de 2023. La organización ha ayudado a más de 380.000 personas a acceder a servicios de protección y asistencia, y otras 704.000 han recibido suministros de ayuda esencial, entre otras cuestiones. Por su parte, la ONG de educación e infancia Educo ha lanzado el informe 'La educación en emergencias: una tabla de salvación', en el que analiza la financiación de la educación en contextos de emergencia, incluido el caso de Ucrania. "Cuando has tenido que huir de tu ciudad por una guerra, cuando lo has perdido todo por culpa de un terremoto o vives en un campo de refugiados, ir a la escuela y aprender es tu tabla de salvación. Allí niños y niñas no solo se forman, sino que se relacionan y juegan en un espacio protegido, en el que se les cuida y se evita que sean víctimas de más violencia", explica la autora del informe y coordinadora de Incidencia de Educo, Paula San Pedro de Urquiza. Tras dos años de guerra en Ucrania, al menos el 26% de las 3.978 escuelas del país han sido dañadas o destruidas. Pero, no se ha producido un retroceso en la educación del país, destaca la ONG. "El caso de Ucrania es una rareza. Esta mejora ha sido posible porque el gobierno del país ha seguido invirtiendo en la educación, a pesar de la guerra, pero también por el impulso que le ha dado la financiación internacional, 109 millones de dólares, cubriendo el 71% de los fondos demandados", explica San Pedro. "El caso de Ucrania nos muestra que es posible mantener e incluso mejorar la educación de un país, aunque este se encuentre inmerso en una emergencia. Pero para ello tiene que haber una apuesta económica decidida, organizada y clara por parte de la comunidad internacional", urge la autora del informe.