'Puya' es el escaparate para los tejidos hechos por jóvenes y mujeres recluidos en Bolivia

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La Paz, 18 feb (EFE).- Prendas de vestir tejidas con apoyo de una experimentada diseñadora boliviana, billeteras y bolsos de cuero, artesanías, panes y bollería se venden en el Café Boutique 'Puya', una iniciativa para mostrar la producción de mujeres y jóvenes de dos cárceles de Bolivia, dentro de un programa de reinserción social.

'Puya' se encuentra en el Centro de Orientación Femenina (COF) de Obrajes, en el barrio homónimo en la zona sur de La Paz, en un ambiente de la misma penitenciaría, pero con una puerta externa, una mesa y sillas en la calle para recibir a quienes quieran probar las delicias que preparan las reclusas.

"COF Obrajes está volviéndose un centro penitenciario productivo y tenemos muchas iniciativas económicas para que personas privadas de libertad puedan trabajar favoreciendo su reinserción social en diferentes actividades", dijo a EFE la directora del centro, la mayor de policía Cheryl Sempértegui.

Prueba de esto son los otros dos emprendimientos que están junto al café, que son la lavandería, un servicio tradicional ofrecido en los centros penitenciarios de mujeres, y también 'La Perruquería', una peluquería canina que inauguraron las internas hace este mes, también como una iniciativa para generar recursos propios.

El café boutique, que también cuenta con una página web, está pensado para "ofrecer y mostrar todos los productos que elaboran las privadas de libertad dentro del COF, sus trabajos en costura, sus obras en tejido", explicó Sempértegui.

También se exponen los productos que elaboran los jóvenes del Centro de Rehabilitación y Reinserción Social Qalauma, quienes reciben capacitaciones en "marroquinería" o trabajo en cuero y en carpintería.

"Hay diseños muy exclusivos para un bonito regalo, para un cumpleaños o para tener un adorno en el hogar", destacó la directora del COF.

La oferta de productos de los jóvenes de Qalauma incluye bolsos y morrales de cuero, billeteras, monederos, artesanías de madera y metal y algunos muebles, como banquetas y mesas.

También hay blusas y camisetas, y se ofrecen bebidas calientes y jugos, además de panes, empanadas y pastelillos elaborados por las privadas de libertad, aunque su principal producción es el tejido.

Esto puede apreciarse en la variedad de ponchos, mantas, suéteres, bufandas, guantes y gorros a la venta en la boutique bajo la marca 'Warmi Pitiris', mujeres tejedoras en aimara.

Las 'warmis' lanzaron para la reciente Navidad la línea de prendas 'Colores Libres', que elaboraron después de pasar talleres de uso de telar con la profesora Verónica Bilbao y otro de diseño y producción con la diseñadora de modas Claudia Pérez.

Las prendas se distinguen del resto porque están elaboradas con lana fina de oveja teñida con colores vivos, a diferencia de los tonos "más oscuros" que suelen usar en otros tejidos, explicó Pérez a EFE.

"Hemos diseñado toda una colección coherente, sobre todo con telar. Entonces hay prendas muy bellas y es una colección bien colorida, muy bien hecha. Las señoras se han emocionado también al hacerlas", manifestó.

Los talleres para jóvenes y mujeres se enmarcan en el programa 'Emprendiendo para ser Libres', que llevan adelante las organizaciones Progettomondo, Centro Volontari Cooperazione allo Sviluppo (CVCS) y la Fundación Munasim Kullakita, con el apoyo de LED Servicio de Liechtenstein para el Desarrollo.

"El objetivo es apoyar a las señoras para que tengan mejores ingresos y también el tema de reinserción social y laboral, que tengan al salir una oportunidad para poder trabajar y buscar un nuevo mercado", dijo a EFE la coordinadora del programa, Yana Rojas.

Rojas destacó la importancia de apoyar a las privadas de libertad "con trabajo y con ingresos que sean justos y dignos para ellas", porque muchas "son cabeza de familia y sus familias a veces dependen de ellas".

"La reinserción social es una tarea que no solamente es del Estado, sino de la sociedad civil, de nosotros como ciudadanos", indicó y agregó que también es importante que las reclusas "puedan sentirse útiles, valoradas, sentirse como personas que están haciendo algo que es lindo".

El programa incluye un "acompañamiento desde distintos campos", como las capacitaciones, el trabajo con la familia y la reintegración social y laboral de los privados de libertad, y en algunos casos también un pequeño apoyo financiero a los "microemprendimientos" post penitenciarios.

Dentro de unos dos meses se prevé el lanzamiento de una nueva colección de prendas tejidas y otra de productos de cuero.

Gina Baldivieso

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