Un político a la fuga y un líder ensombrecido por su hermano buscan dirigir Pakistán

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Islamabad, 16 feb (EFE).- Las elecciones generales celebradas hace una semana en Pakistán han dejado a dos principales candidatos al puesto de primer ministro, un líder del opositor Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), Omar Ayub, y el ex primer ministro Shehbaz Sharif, entre acusaciones de fraude y nuevas manifestaciones este viernes.

Ayub es el secretario de la formación del ex primer ministro encarcelado Imran Khan, que con unos noventa escaños obtuvo el mayor número de puestos en la Asamblea Nacional de todos los partidos en liza.

El candidato a primer ministro se encuentra actualmente a la fuga para escapar a los numerosos casos en su contra, relacionados con la violencia desatada el pasado mayo tras el arresto de Khan, que desde entonces multiplica las condenas por corrupción y otros cargos.

El secretario general del PTI es nieto del ex presidente paquistaní Ayub Khan, e inició en 2002 su andadura en el mundo de la política al unirse a la Liga Musulmana-Q (PML-Q).

La incógnita es si Ayub, nominado esta semana por el PTI para el puesto de primer ministro, será arrestado antes de que el Parlamento se reúna antes del 29 de febrero para decidir quién dirigirá la nación.

No obstante, la victoria de Ayub, a pesar de que el PTI es la formación más votada, está lejos de quedar garantizada.

La formación de Khan perdió su símbolo electoral a causa de una decisión judicial previa a los comicios y se vio obligado a presentar a sus candidatos como independientes, por lo que ha buscado una alianza con el minoritario Majlis Wahdat-e-Muslimeen (MWM).

La Liga Musulmana de Pakistán (PML-N) de los hermanos Sharif, el segundo partido con 75 escaños, alcanzó por su parte una alianza con el Partido Popular de Pakistán (PPP), la tercera formación más votada y con 54 parlamentarios, y el Muttahida Qaumi Movement Pakistan (MQM-P), que posee por su parte 17 asientos.

Estos números hacen de Shehbaz el candidato más viable a conseguir una mayoría en el parlamento.

Y sin embargo, antes de que los resultados dejasen claro que ningún partido obtendría una mayoría suficiente para gobernar en solitario, el nombre que más sonaba para gobernar el país era el de su hermano y tres veces primer ministro Nawaz Sharif.

Nawaz volvió de un exilio autoimpuesto en el Reino Unido y vio cómo las condenas por corrupción que le impedían presentarse a los comicios caían una a una, solo para acabar dando un paso atrás en favor de su hermano.

Shehbaz entró en política a finales de los años 1980, después de que su hermano ascendiese a la primera línea como jefe de Gobierno de la provincia de Punjab.

El ahora candidato a primer ministro llegó a gobernar esta región, la más poblada de Pakistán, en tres ocasiones, y solo se puso a los mandos del PML-N cuando el Tribunal Supremo inhabilitó a Nawaz en 2017 en un caso por corrupción.

Tras desalojar a Khan con una moción de censura en 2022, Shehbaz se hizo con el cargo de primer ministro y dio una imagen de cercanía con el poderoso Ejército del país asiático, nombrando a militares retirados en altos cargos.

Salman Akram Raja, del PTI, denunció este viernes la extensión del fraude electoral en los comicios, y afirmó tener pruebas de haber ganado 177 escaños frente a los 92 proclamados por la Comisión Electoral.

Pero la formación de Khan no es la única que ha condenado los comicios. La Gran Alianza Democrática (GDA), una coalición regional basada en la provincia de Sindh, organizó hoy una multitudinaria manifestación contra los resultados.

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