(Actualiza con comunicado de Australia, Canadá y Nueva Zelanda)
Sídney (Australia), 15 feb (EFE).- El Gobierno de Australia insistió este jueves a Israel que desista de sus planes de realizar un "injustificable" e "inminente" ataque militar en Rafah, considerado como el último refugio al sur de la Franja de Gaza para un millón y medio de palestinos.
"Las operaciones militares a gran escala en zonas densamente pobladas corren el riesgo de causar numerosas víctimas civiles", dijo hoy la ministra de Exteriores, Penny Wong, ante una comisión del Senado en el Parlamento de Camberra.
El llamamiento de Wong, el segundo de esta semana, se suma a los pedidos de diversos líderes internacionales, como los de Estados Unidos y Francia, para que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, desista de la ofensiva terrestre en Rafah que anunció el pasado domingo.
Australia intensificó además sus pedidos por una resolución del conflicto con un comunicado emitido hoy conjuntamente con Canadá y Nueva Zelanda, en el que los tres países piden un alto al fuego humanitario, la liberación de los rehenes y que se aborte el plan israelí de atacar Rafah.
"La protección de los civiles es primordial y un requisito según el derecho internacional humanitario. No se puede obligar a los civiles palestinos a pagar el precio de derrotar a Hamás", remarca el documento, firmado por el primer ministro australiano, Anthony Albanese, y sus homólogos canadiense, Justin Trudeau, y neozelandés, Christopher Luxon.
Agrega que una operación militar en Rafah sería "catastrófica" y que, "dado que la situación humanitaria en Gaza ya es terrible, los impactos de una operación militar ampliada sobre los civiles palestinos serían devastadores".
"Instamos al gobierno israelí a no seguir este camino. Simplemente no hay ningún otro lugar al que puedan ir los civiles", sostuvieron los tres líderes, al encorajar a Israel a "escuchar a la comunidad internacional".
El documento pide además que se respete la decisión de la Corte Internacional de Justicia, que determinó que Israel debe garantizar la prestación de servicios básicos, asistencia humanitaria esencial y protección a los civiles, al paso que urge a un alto el fuego "sostenible para encontrar un camino que garantice una paz duradera para israelíes y palestinos".
"Cualquier alto el fuego no puede ser unilateral. Hamás debe deponer las armas y liberar a todos los rehenes inmediatamente. Nuevamente condenamos inequívocamente a Hamás por sus ataques terroristas contra Israel el 7 de octubre", subrayaron los mandatarios.
En cuatro meses, la guerra entre Israel y Hamás ya deja más de 28.500 gazatíes muertos y 68.000 heridos, en su mayoría mujeres y niños, mientras que unos 8.000 cuerpos siguen bajo los escombros, según cifras del Ministerio de Salud gazatí, controlado por Hamás.