Jerusalén, 9 (EFE).- La aviación israelí ha atacado en la última hora cuatro cuarteles militares de la milicia chií Hizbulá en el sur de Líbano, en respuesta a una tanda de lanzamientos de cohetes que dispararon las alarmas en varios puntos del norte de Israel.
"Durante la última hora, se identificaron varios lanzamientos, hacia la zona de Manara, Har Dov (Granjas de Sheba) y Malkia en el norte de Israel. No se reportaron heridos y las Fuerzas de Defensa de Israel están respondiendo con fuego hacia el origen de los lanzamientos", indicó el Ejército israelí en un comunicado.
Aviones de combate bombardearon una posición militar en Maroun El Ras, "donde operaban terroristas de Hizbulá", así como tres complejos militares en las ciudades de Yohmor y Naqoura, después de haber atacado "infraectura terrorista" en Meiss el Jabal anoche, explicó.
Además, las fuerzas israelíes atacaron con artillería y morteros otros puntos en el sur de Líbano con el objetivo de apartar la presencia de Hizbula, milicia apoyada por Irán, de la frontera norte.
Hizbulá reivindicó hoy hasta ocho ataques con misiles y "armas apropiadas" hacia Israel, tantos como ayer, cuando por la noche lanzó una andanada de más de 30 cohetes aparentemente en represalia por un ataque israelí con drones sobre la ciudad de Nabatieh, dirigido contra dos agentes del grupo, incluido un alto comandante.
Ese ataque con drones fue a su vez una respuesta a un lanzamiento anterior de Hizbulá contra una base militar israelí que dejó a tres soldados heridos, uno de ellos grave, en un recrudecimiento del intercambio de fuego en la frontera entre Israel y Líbano en la última semana.
El jefe del Comando Norte del Ejército israelí, el mayor general Ori Gordin, reunió hoy con los alcaldes y líderes locales de las comunidades y municipios evacuados por la violencia en el norte de Israel -donde más de 80.000 israelíes han sido desplazados- y les prometió "cambiar la situación de seguridad en el norte de manera que nos permita devolver a los residentes".
"Estamos decididos a cambiar la realidad de seguridad que ya está cambiando estos días y continuar preparándonos para una expansión de la guerra y pasar a la ofensiva: esta es nuestra misión", aseveró.
La divisoria vive su mayor pico de tensión desde 2006 con un intenso intercambio de fuego durante tres meses, que se ha cobrado la vida de al menos 252 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que ha confirmado unas 184 bajas, algunas de ellas en Siria.
En Israel han muerto 18 personas en la frontera norte, 12 soldados y 6 civiles; y en Líbano han fallecido unas 234 personas, incluyendo unos 25 integrantes de milicias palestinas, un soldado y 24 civiles -entre ellos tres niños y tres periodistas-, además de los milicianos de Hizbulá.