Íñigo Onieva está harto. Tras varios días dando la callada por respuesta a los rumores de crisis en su matrimonio con Tamara Falcó tras protagonizar supuestamente una discusión en un restaurante madrileño, y mientras la marquesa de Griñón está 'desaparecida' y apenas se ha dejado ver en la última semana -en la que habría pasado varias noches en la residencia familiar de Isabel Preysler y no en el domicilio conyugal con su marido- el empresario ha dado un golpe sobre la mesa. Y a pesar de que no suele entrar en las informaciones que se dan sobre su relación, y de que ha hecho de la discreción su seña de identidad desde que se dio el 'sí quiero' con la socialité el pasado 8 de julio, Íñigo ha roto su silencio para dejar claro que ni crisis ni pelea entre aspavientos durante una cena con amigos como se ha dicho: "A ver si acaban los rumores porque es todo mentira" ha estallado. "Está todo bien, muchísimas gracias" ha zanjado, dejando entrever que su nuevo negocio de hostelería arrancará antes de lo que pensamos.