San José, 23 ene (EFE).- Un total de 51.000 tortugas de las especies paslama, carey, tora y tortuga verde, que se encuentran en peligro de extinción, han sido liberadas durante la campaña nacional “Juntos y juntas conservamos nuestras tortugas marinas 2023-2024” de los refugios de vida silvestre en Nicaragua al océano Pacífico, informaron este martes las autoridades.
Las tortugas fueron liberadas del refugio de vida silvestre La Flor, municipio nicaragüense de San Juan del Sur, departamento de Rivas, fronterizo con Costa Rica, donde nacieron en un vivero, hacia las aguas del océano Pacífico, dijo a la emisora La Primerísima el especialista de patrimonio natural y biodiversidad del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), Santiago Pavón.
También en el refugio de vida silvestre Chacocente, ubicado en el municipio de Santa Teresa, departamento de Carazo (suroeste), en el Pacífico, que junto a La Flor acogen anualmente miles de tortugas durante la "temporada de arribadas", que se extiende de julio a enero, indicó el funcionario.
La liberación de esos 51.000 tortuguillos consiste en llevarlas de los refugios a la playa en donde son puestas en libertad en la arena a unos metros del mar.
Los refugios de vida silvestre La Flor y Chacocente son uno de los siete lugares en el mundo donde arriban esas especies de tortugas, entre otras especies de animales que se encuentran en peligro de extinción, según el Marena.
Las arribadas masivas solamente ocurren en 7 playas del mundo, y de estas, dos están en Nicaragua, según las autoridades.
Las playas nicaragüenses preferidas por las tortugas marinas son Chacocente y La Flor. Cualquiera de estas playas puede recibir hasta 4.000 tortugas en una sola noche, según los cálculos de la Dirección de Biodiversidad del Marena.
La cartera de Ambiente y Recursos Naturales espera que en esta temporada que está por concluir arriben unas 120.000 tortugas y eclosionen 1,8 millones de crías en la costa del Pacífico.
Después de vivir unos 15 años en el océano, las tortugas regresan a anidar a la misma playa donde nacieron, probablemente en luna nueva o luna llena, de ahí que las arribadas masivas se pueden predecir, según las autoridades, que cada año emiten un calendario posible de estos fenómenos.
La comercialización de huevos de paslama está prohibida en Nicaragua por ser una especie en peligro de extinción. Sin embargo, EFE ha constatado que algunos mercados, establecimientos y vendedores ambulantes burlan esa medida.EFE
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