Bolivia inaugura su fiesta de las miniaturas entre deseos de prosperidad y justicia

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Un "Amauta" o sabio andino bendice figuras miniaturas durante la inauguración de la feria de la "Alasita" 2024 en La Paz (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas
Un "Amauta" o sabio andino bendice figuras miniaturas durante la inauguración de la feria de la "Alasita" 2024 en La Paz (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas

La Paz, 24 ene (EFE).- La fiesta andina de la 'Alasita', cómprame en aimara y declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, se inauguró este miércoles en Bolivia entre rituales para pedir casas, vehículos, salud, prosperidad y para que en el país mejore el acceso a la justicia.

La tradición establece que al mediodía del 24 de enero centenares de artesanos abren sus quioscos en La Paz para la venta de miniaturas de casas, vehículos, billetes, maletas, títulos de estudio y, como novedad este año, documentos de "juicio ganado" para aquellos que tienen algún proceso pendiente en los tribunales.

"Con mucha fe hay que venir. (Si) te compras terreno, movilidad (vehículo) y dinero, se hace realidad si tienes mucha fe. Pero si uno viene por venir (sin convicción), no se cumple", contó a EFE Daysi, una mujer de unos 50 años, quien dijo que desde niña asiste a la festividad.

La feria está situada en el campo ferial del Parque Urbano Central (PUC) de La Paz, sin embargo, otros tantos artesanos y vendedores montan mercadillos en otras plazas de la ciudad.

Los asistentes a la feria luego llevan sus compras a las iglesias para hacerlas bendecir y también acuden a los "amautas" o sabios aimaras, que se instalan en los atrios de algunos de los templos católicos o en las plazas para el ritual de la "ch'alla" o bendición de estos bienes en miniatura.

La creencia andina señala que con sahumerios y "jallallas" o vivas los rezos de las personas son escuchados.

El amauta 'Mariano de los Andes' explicó a EFE que los sahumerios sirven para invocar la "buena fortuna" para quien compró las miniaturas y que se combinan con la aspersión de alcohol, vino dulce, azúcar y pétalos de flores.

Daringa Peñaranda, comerciante ambulante desde hace más de 30 años, dijo a EFE que optó por vender documentos de "juicio ganado".

"Todos tenemos un juicio y a veces se traban (en los tribunales). Si vienes con fe, el dios de la abundancia (Ekeko) y el Señor (Jesucristo) te bendicen", afirmó.

Según constató EFE, en varias de las pequeñas tiendas que ofrecían billetes predominaron los dólares aunque también se exhibían bolivianos y euros.

Un puesto que llamó la atención de los transeúntes fue el de Albertina Viscarra, quien contó que su familia se dedica a la elaboración de artesanías para la 'Alasita' desde hace 100 años.

En su vitrina se exhibían esculturas de las diversas facetas de la chola paceña aimara en el comercio, como la vendedora de carne, de comida callejera, quesos u otros alimentos.

En la festividad de la 'Alasita' también habían personas que buscaban dar un significado distinto a esta tradición, como Bibi Camacho, quien junto a una amiga prepararon unos panes diminutos y algunos amuletos que intercambiaban por billetes de fantasía.

"Es el juego de cambiar por billetitos de 'Alasita', que la abundancia circule por nuestras vidas (...) y esta tradición no sea solo (un) intercambio mercantil", afirmó Camacho a EFE.

En la feria principal en La Paz, una estatua del dios Ekeko hecha en piedra acaparó la atención de quienes creen en sus bendiciones.

Algunos devotos se treparon al pedestal en el que estaba la figura, y le echaron espuma de cerveza, pétalos de flores y billetes en miniatura, mientras que otros aguardaron en la parte baja para atrapar los billetes de fantasía.

El Ekeko es la deidad andina por excelencia vinculada a la abundancia y al cumplimiento de los sueños materiales, las personas acuden a él para pedirle favores con una fe inquebrantable.

Esta figura surgió en la colonia y perdura hasta estos tiempos personificado como un muñeco regordete, con tez blanca, ojos claros y mejillas rosadas, cargado de diversos bienes en la espalda y que encarna el espíritu de la 'Alasita'.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró la feria de la Alasita como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2017.

Gabriel Romano

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