El Gobierno de China ha mostrado este jueves su disposición a mediar entre Irán y Pakistán ante el aumento de las tensiones tras los recientes bombardeos ejecutados por ambos países contra sus territorios, al tiempo que ha hecho un llamamiento a la "calma" y la "contención". "Si las partes lo consideran necesario, China está dispuesto a jugar un papel constructivo para rebajar las tensiones", ha dicho la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, que ha abundado en que "Irán y Pakistán son vecinos cercanos, países con una importante influencia y amigos de China". Así, ha recalcado que Pekín "sigue de cerca" la situación y ha recordado que el gigante asiático "siempre ha defendido gestionar las relaciones entre los países en línea con los principios de la Carta de Naciones Unidas y el Derecho Internacional", según ha recogido el portal de noticias China News. Mao ha hecho hincapié en que China "aboga igualmente por respetar y salvaguardar la soberanía, independencia e integridad territorial de todos los países". "China espera que las partes puedan mantener la calma y la contención y evitar un recrudecimiento de las tensiones", ha zanjado. Las palabras de Mao llegan horas después de que Irán confirmara la muerte de al menos siete personas, entre ellas cuatro niños, en un ataque de Pakistán en el sureste del país. Islamabad ha afirmado que el objetivo eran "terroristas" presentes en el país vecino, apenas un día después de que la Guardia Revolucionaria bombardeara presuntas bases de un grupo terrorista en Pakistán. Las autoridades iraníes han convocado al encargado de negocios paquistaní en Teherán para dar explicaciones, después de que Pakistán anunciara el miércoles que llamaba a consultas a su embajador en Teherán tras los citados bombardeos iraníes contra la provincia de Baluchistán, que se saldaron con la muerte de dos niños. Asimismo, que el embajador iraní en Islamabad, que se encuentra en estos momentos de viaje en Irán, no volverá a su puesto "por ahora". Las autoridades iraníes sostuvieron que el objetivo del ataque eran bases del grupo terrorista Jaish al-Adl, responsable de varios atentados en Irán, y subrayaron que "no hay límites" en las medidas que pueda adoptar para "proteger los intereses nacionales", si bien reiteraron que "respetan" la soberanía de Pakistán.