Ciudad Real (España), 17 ene (EFE).- Un estudio internacional, que contó con la participación de científicos del Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos y de la Estación Biológica de Doñana (EBD – CSIC) en España, revela los sorprendentes movimientos de los búhos campestres por toda Europa y el norte de África.
Este estudio aporta nuevos datos que permitirán proteger y conservar mejor esta especie en declive.
Especializado en la captura de pequeños mamíferos, el búho campestre (Asio flammeus) es una rapaz nocturna con una extensa distribución geográfica, y su aparición y desaparición de amplias regiones ha fascinado a los ecólogos durante décadas, ya que era un ave de la que se carecía de información clave relativa a sus movimientos y grado de conectividad entre poblaciones, recogen los autores del estudio en una información facilitada este miércoles a EFE.
El estudio de estos movimientos se logró gracias a los avances en las tecnologías de seguimiento, ya que los resultados de la investigación se obtuvieron mediante el marcaje de 47 búhos campestres de varios lugares de Europa (Islandia, Escocia y España) con dispositivos GPS.
Los resultados muestran un grado de movimiento inesperadamente grande en los individuos rastreados, con algunas de las aves marcadas viajando ampliamente por Europa y el norte de África.
Algunos individuos fueron seguidos durante la nidificación a lo largo de dos temporadas, y las distancias entre los lugares de nidificación utilizados por los mismos individuos en años consecutivos oscilaron entre 41 y 4.216 kilómetros.
Los investigadores aseguraron que hasta donde se sabe en la actualidad, estas distancias "representan algunas de las más largas conocidas entre lugares de nidificación de cualquier ave".
En concreto, fue la información aportada por una hembra marcada en su nido en Escocia, que crió dos veces en el mismo año, una en Escocia y otra en Noruega.
Estos sorprendentes movimientos parecen deberse a la necesidad de encontrar lugares con suficientes presas donde criar grandes nidadas, señalaron los científicos.
La abundancia de la presa favorita de los búhos campestres, el topillo, puede variar notablemente, tanto en el tiempo como en el espacio, lo que convierte a estos roedores en un recurso alimenticio impredecible.
Aunque los búhos campestres pueden cambiar de presa cuando los topillos no están disponibles, su respuesta más habitual es desplazarse a otras zonas, lo que da lugar a movimientos irruptivos o nómadas, aunque ello tenga sus consecuencias en términos de supervivencia: menos de la mitad de los individuos adultos sobreviven de un año para otro.
Los tipos de movimientos registrados en este estudio, así como su escala, implican que no existen poblaciones separadas de búho campestre en gran parte de Europa, sino que más bien existe una única población potencialmente integrada en la mayor parte del área de distribución de la especie.
Este nuevo conocimiento tiene implicaciones significativas para los intentos de proteger y conservar al búho campestre, pues subraya la necesidad de recopilar información sobre sus poblaciones a escalas geográficas suficientemente amplias y a largo plazo, y pone de manifiesto la necesidad de planificar las medidas de conservación de esta especie a escalas mayores de las que se habían considerado hasta ahora.