Nairobi, 12 ene (EFE).- Un total de veintiún rinocerontes negros serán trasladados desde tres reservas naturales de Kenia a otra en el centro del país después de que las poblaciones de estos animales en peligro crítico de extinción creciesen rápidamente en esos lugares, informaron hoy las autoridades kenianas.
"Este éxito es un testimonio de nuestra implacable búsqueda de medidas de seguridad contra la caza furtiva", dijo en un comunicado el director general del estatal Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS), Erustus Kanga.
Así, KWS señaló que el número de rinocerontes negros en el país ha crecido desde 240 en 1984 a 966 en la actualidad, albergando así la tercera población de estos animales más grande de África, después de las de Sudáfrica y Namibia.
"Los rinocerontes negros son unos animales solitarios y, sin espacio suficiente, no se les puede alentar a reproducirse. Con algunos de los 16 de sus santuarios acercándose a su máxima capacidad, existe la necesidad urgente de crear otros nuevos con las condiciones ideales", indicó KWS en su comunicado.
Por eso, esta institución decidió trasladar a algunos rinocerontes del parque nacional de Nairobi y las reservas de Ol Pejeta y Lewa (centro) a la reserva de Loisaba (también en el centro de Kenia).
"Es increíblemente emocionante formar parte de la reintroducción de rinocerontes en un paisaje donde han estado ausentes durante cincuenta años", dijo el director ejecutivo de la reserva de Loisaba, Tom Silvester, que recordó que los cazadores furtivos mataron a todos los rinocerontes de esa zona antes de que se protegiese.
Las poblaciones tanto de rinocerontes negros como de rinocerontes blancos están creciendo en África por primera vez en los últimos diez años después de haber sido diezmadas por la caza furtiva y la pérdida de sus hábitats, según el último estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), publicado el pasado septiembre.
La UICN destacó entonces que a finales de 2022 había 23.290 rinocerontes -incluidos 6.490 rinocerontes negros- en todo el continente, un 5,2 % más que en 2021, pese a que ese año murieron al menos 561 a manos de los cazadores furtivos.
La caza furtiva -impulsada por la alta demanda de los cuernos de rinocerontes, sobre todo, en China y algunos países del sudeste asiático- ha llevado al borde de extinción a estos animales.