Controlan uno de los motines carcelarios en Ecuador, quedan seis activos con 170 rehenes

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Una columna de humo sobresale
Una columna de humo sobresale de una cárcel de Ecuador, en una fotografía de archivo. EFE/ Jonathan Miranda

Quito, 12 ene (EFE).- Uno de los siete motines carcelarios que se registran de manera simultánea en Ecuador tras la ola de atentados e incidentes atribuidos al crimen organizado logró ser controlado durante la madrugada de este viernes, con el saldo de un preso fallecido, mientras que en los otros seis permanecen 170 funcionarios tomados como rehenes.

Los incidentes en la cárcel de Machala, de la sureña provincia de El Oro, fronteriza con Perú, "han sido controlados gracias al trabajo conjunto con las Fuerzas Armadas", apuntó este viernes el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), la agencia penitenciaria del Estado.

A última hora del jueves, un grupo de reclusos de esta prisión arrojó el cuerpo sin vida de otro reo, cuyo cadáver fue levantado para las investigaciones pertinentes y determinar la causa del fallecimiento, indicó el SNAI.

Las Fuerzas Armadas continúa en los exteriores de la prisión de Machala para solventar cualquier problema que se pueda suscitar, indicó el SNAI.

De acuerdo a esa información, los motines persisten desde el martes en las cárceles de las sureñas ciudades de Loja, Azogues y Cuenca, las céntricas Latacunga y Ambato y la norteña Esmeraldas, fronterizas con Colombia.

En estas prisiones hay un total de 170 funcionarios retenidos por los presos, después de que en las últimas horas lograsen ser liberados ocho de ellos, a través de diversas gestiones donde incluso ha intervenido la Iglesia, como en el caso de Esmeraldas.

Entre el personal aún retenido hay 155 guardias carcelarios y 15 miembros del personal administrativo de las prisiones.

Los motines simultáneos en las cárceles de Ecuador fueron parte de una jornada de terror y caos acontecida el martes y atribuida a las mafias del crimen organizado, que incluyó atentados con explosivos, el secuestro y asesinato de policías e incluso el asalto armado a un canal de televisión en la ciudad de Guayaquil.

Los hechos se suscitan cuando el Gobierno del presidente Daniel Noboa se disponía a poner en marcha su plan para recuperar el control de las cárceles ecuatorianas, muchas de ellas dominadas internamente por estos grupos delincuenciales, cuyas rivalidades han dejado más de 450 presos asesinados desde 2020 en una serie de masacres carcelarias.

Esa violencia también se ha trasladado a las calles hasta hacer de Ecuador uno de los países más violentos del mundo con 45 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en 2023, y tras los episodios de esta semana el Gobierno ha declarado el "conflicto armado interno" y ha clasificado a estas bandas como grupos terroristas y objetivos militares.

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