Moscú/Kiev, 9 ene (EFE).- Rusia, que aseguró hoy que tiene la iniciativa en el frente, intenta hacer mella en la moral ucraniana con bombardeos diarios contra la infraestructura civil y militar de Ucrania, que en muchas de sus regiones carece de las defensas antiaéreas necesarias para protegerse de la lluvia de misiles.
"Mantenemos la iniciativa a lo largo de toda la línea del frente", afirmó el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, en una reunión con los altos mandos de las Fuerzas Armadas de Rusia al referirse a la situación de los campos de batalla.
Rusia cifra en más de 215.000 las bajas ucranianas
Subrayó que el Ejército ruso "reduce metódicamente el potencial combativo de las Fuerzas Armadas de Ucrania" y resaltó que solo durante el año pasado "el enemigo perdió más de 215.000 hombres y 28.000 piezas de armamento".
El ministro de Defensa no ofreció datos de bajas propias, algo que no hace desde septiembre de 2022, cuando cifró en 5.937 los soldados rusos muertos en Ucrania.
Acusó al Gobierno ucraniano de que, a instancias de sus "patrocinadores occidentales", lleva a sus soldados "al matadero y de buscar cualquier posibilidad de completar las filas del Ejercito ucraniano".
Según Shoigú, nada de ello cambiará la situación en el frente y "solo alargará el conflicto bélico".
El jefe de la defensa rusa acusó a Estados Unidos de intentar satisfacer, pese al agotamiento de los recursos humanos de las fuerzas de Ucrania y la falta de resultados en el campo de batalla, sus "ambiciones de liderazgo mundial a costa de las vidas de los ucranianos".
Los tres ataques masivos con misiles lanzados por Rusia en los últimos días han dejado al descubierto las debilidades de las defensas antiaéreas ucranianas en varias regiones del país, salvo en los alrededores de Kiev, donde han demostrado un elevado nivel de efectividad.
"Ucrania depende de los suministros de armamento occidental, incluidos los de sistemas de misiles antiaéreos", afirmó hoy el portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuri Ignat, quien aseguró que el país repone las existencias de este tipo de misiles a medida de su empleo.
Agregó que Ucrania recibe también misiles antiaéreos para sistemas soviéticos de países que cuentan con ellos en sus arsenales.
Ignat admitió que el país utilizó una reserva importante de cohetes para repeler los últimos ataques masivos, pero recalcó que Estados Unidos y Europa incrementan la producción de este tipo de armamento.
"Alemania, en particular, ha aumentado varias veces la producción de sistemas de defensa antiaéreas y de misiles para ellos. Hay déficit de misiles antiaéreos, nadie lo niega. Creo que nuestros socios están informados de la situación", agregó el portavoz.
Según Ignat, tras los recientes ataques aéreos masivos, los arsenales rusos cuentan con el mismo número de misiles que tenían hace dos meses, que el GUR, la inteligencia militar ucraniana, estimó en unas 900 unidades.
El GUR calcula que Rusia produce al mes decenas de misiles de crucero Kalibr, pero solo unas pocas unidades de los hipersónicos Kinzhal y los Iskander, ambos de trayectoria balística y más difíciles de interceptar.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se negó hoy en rueda de prensa a comentar las declaraciones de Washington acerca de que Rusia ha recibido misiles balísticos norcoreanos de corto alcance, de hasta 900 kilómetros, y que ya los ha utilizado contra Ucrania.
"Me gustaría llamar su atención sobre el hecho de que contra nuestro territorio y objetivos civiles (...) constantemente se disparan proyectiles y misiles producidos en Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos y otros países", dijo Peskov al negarse a responder a una pregunta sobre el particular.
Según John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca, Rusia disparó al menos uno de esos misiles balísticos hacia Ucrania el 30 de diciembre de 2023, y también lanzó "múltiples" misiles balísticos norcoreanos el 2 de enero de este año como parte de otro ataque contra las infraestructuras de Ucrania.
Esos misiles formaron parte de los bombardeos que Rusia efectuó contra Ucrania en los últimos días de 2023 y principios de este año, en lo que ha sido el mayor ataque desde el inicio de la guerra, en febrero de 2022.