Redacción Ciencia, 8 ene (EFE).- Casi 55 años después de que el hombre pisara la Luna por primera vez, la ciencia acaricia el sueño de desvelar los secretos del satélite más cercano a la Tierra gracias al exitoso lanzamiento esta mañana del cohete Vulcan que contiene el módulo de investigación Peregrine, cuyo aterrizaje lunar está previsto el 23 de febrero.
"Estamos ante un paso de gigante para la humanidad que se prepara para regresar a la superficie lunar por primera vez en más de medio siglo", ha subrayado Bill Nelson, administrador de la NASA tras el despegue del cohete de la empresa estadounidense United Launch Alliance (ULA) a las 2:20 hora local (7:20 GMT) en Cabo Cañaveral (Florida).
El módulo Peregrine, de la empresa Astrobotic, tiene por delante un viaje de 46 días para llegar a la superficie lunar.
La región prevista para el aterrizaje del 23 de febrero se encuentra en la cara oculta de la Luna, conocida en latín como 'Sinus Viscositatis', que en español significaría algo así como bahía pegajosa o viscosa.
Si lo consigue, será la primera vez que EEUU llegue a la Luna desde 1972.
Peregrine es un módulo encargado por NASA, por valor de 108 millones de dólares, a la empresa de Pittsburgh (Pensilvania) Astrobotic Technology, una de las compañías privadas que aspiran a ofrecer un servicio de entrega a la superficie de la Luna.
La nave transporta instrumentos científicos de la NASA como parte de su iniciativa de Servicios Comerciales de Carga Lunar (CLPS, por sus siglas en inglés) cuyo objetivo será el estudio de la exosfera lunar (la capa externa), las propiedades térmicas del regolito lunar (la capa de materiales no consolidados que descansan sobre roca sólida), la abundancia de hidrógeno en el suelo del lugar de aterrizaje y el seguimiento al entorno de radiación.
Esta cinco misiones investigadoras, una de ellas mexicana, ayudarán también a comprender mejor los procesos y la evolución planetaria, buscar pruebas de la existencia de agua y otros recursos, y apoyar la exploración humana sostenible a largo plazo.
"Tenemos tanta ciencia que aprender a través de las misiones CLPS, nos ayudarán a entender mejor, por ejemplo, la evolución de nuestro sistema solar y dar forma al futuro de la exploración humana para el programa Artemis", ha agregado Nelson tras el lanzamiento.
Con Artemis, un programa en el que colaboran EEUU, Europa, Japón y otros países, la NASA pretende llevar a "la primera mujer y el próximo hombre" a la Luna para lograr nuevos descubrimientos científicos y tecnológicos e impulsar la creciente economía espacial comercial.
En esa línea, el administrador de NASA ha subrayado que "estas misiones de alto riesgo no sólo llevarán a cabo nueva ciencia en la Luna, sino que están apoyando una creciente economía espacial comercial".
Un ejemplo de la apuesta por la economía espacial del sector privado es el de la empresa que ha promovido el cohete Vulcan, ULA.
Promovida por las empresas Boeing y Lockheed Martin en 2006, ULA lleva años lanzando cohetes con cargas militares para el Gobierno de Estados Unidos, y prepara cohetes más asequibles, como los 70 que formarán parte del Proyecto Kuiper, una constelación de satélites de comunicaciones para proporcionar internet rápido y asequible a comunidades de todo el mundo.
Descubrir el 'vecino' espacial más cercano a la Tierra está hoy más cerca. "Es un sueño, vamos camino de la Luna", ha dicho John Thornton, el director ejecutivo de Astrobotic, entrevistado en la televisión de NASA tras el lanzamiento.
Miami, 8 ene (EFE).- La empresa estadounidense United Launch Alliance (ULA) lanzó este lunes desde Florida su nuevo cohete Vulcan Centaur con el módulo Peregrine cargado de instrumentos de la NASA para analizar la superficie de la Luna.
El despegue ocurrió, según lo previsto, a las 2:20 hora local (7:20 GMT) desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 41 de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en el centro de Florida.
El cohete se encendió a las 15:58 hora local (20.58 GMT), el abastecimiento de combustible se inició después de las 21:00 hora local (2:00 GMT), sin que se produjeran "problemas significativos" en la cuenta atrás, según explicaron fuentes de la empresa durante la retransmisión.
Cuando alcance el satélite por su cuenta, el Peregrine se convertirá en el primer módulo estadounidense en llegar a la superficie lunar en más de 50 años.
Además de la carga para la NASA, relacionada con su programa Artemis de regreso a la Luna, el Vulcan partió también con muestras de ADN de expresidentes estadounidenses y restos incinerados de actores de la serie televisiva "Star Trek" para la compañía privada Celestis con destino al "espacio profundo".
"Estoy muy contento", escribió Tory Bruno, presidente y director ejecutivo de ULA tras el lanzamiento.
En el caso del envío de la NASA se trata de la primera misión robótica comercial de la agencia estadounidense que llegará a la Luna.
El Vulcan llevará el módulo de aterrizaje lunar Peregrine, de la firma Astrobotic, que está previsto que aterrice en una región de la cara oculta de la Luna conocida en latín como ‘Sinus Viscositatis’, que en español significaría algo así como bahía pegajosa.
La NASA pagará a Astrobotic 108 millones de dólares por llevar allí cinco experimentos, en el marco del programa CLPS (del inglés Commercial Lunar Payload Services), cuyo objetivo es abaratar el coste del envío de objetos a la superficie lunar.
Además de la NASA, el módulo lunar Peregrine también lleva instrumentos científicos de siete países, entre ellos una "ambiciosa" misión mexicana con diminutos robots para estudiar la superficie lunar.
Los robots han sido desarrollados por el Laboratorio de Instrumentación Espacial del Instituto de Ciencias Nucleares (LINX-ICN), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Se trata de exploradores de unos 12 centímetros de diámetro y de menos de 60 gramos de peso que forman parte del proyecto Colmena, la primera misión lunar de este país.
Cada uno de los robots cuenta con ruedas, sensores y computadoras a bordo que les permitirán la exploración lunar y de la minería espacial.
Según la UNAM, las dimensiones de éstos robots los colocarán a escasos centímetros de la superficie de regolito lunar, un polvo formado por granos sumamente finos, irregulares y abrasivos.
El viaje inaugural de la nueva gama de cohetes lanzadores de ULA, el Vulcan Centaur, estaba programado para el pasado 24 de diciembre y tuvo que aplazarse debido a demoras en la prueba de carga de combustible.
En diciembre pasado, el ensayo general de lanzamiento, conocido en inglés como 'wet dress rehearsal', implicó más tiempo del previsto y no pudo ser concluido a tiempo.
El éxito final de esta misión supone un paso en la certificación oficial de estos cohetes, la nueva y más poderosa gama de ULA.
ULA nació en 2006 impulsada por las empresas Boeing y Lockheed Martin y su actividad principal hasta ahora ha sido el lanzamiento de cargas militares de alto secreto para el Gobierno de Estados Unidos.
Sus cohetes eran, hasta ahora, demasiado caros para la mayoría de los clientes comerciales, aunque muy fiables.
Con Vulcan, ULA busca una mayor cuota del mercado comercial. Amazón, por ejemplo, ya ha comprado 38 de los 70 lanzamientos previstos para el Proyecto Kuiper, una constelación de satélites de comunicaciones para proporcionar internet rápido y asequible a comunidades de todo el mundo.
La Fuerza Espacial de los Estados Unidos desea que se realicen con éxito dos lanzamientos del Vulcan antes de poner a bordo cualquiera de sus cargas útiles.
El de hoy lunes es el primero, el segundo podría tener lugar en abril y en el se lanzaría el Dream Chaser, un avión espacial sin tripulación construido por Sierra Space de Louisville (Colorado), en una misión de entrega de carga a la Estación Espacial Internacional.
El cohete enviado hoy lleva las cenizas y muestras de ADN de celebridades y figuras prominentes, entre ellos lo que se ha identificado como cabellos de los expresidentes estadounidenses George Washington, Dwight Eisenhower, John F. Kennedy y Ronald Reagan, de acuerdo con Celestis Memorial Spaceflights, una firma especializada en memoriales espaciales.
A ellos se suman los restos y muestras de ADN de Gene Roddenberry y su esposa Majel, ambos creadores de 'Star Trek', también de actores de esta mítica serie televisiva como Nichelle Nichols, DeForest Kelley y James Doohan, así como de Douglas Trumbull, creador de efectos especiales en películas como '2001, Odisea del Espacio'.