Ciudad de México, 28 dic (EFE).- El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, afirmó este jueves que su Gobierno y el de Estados Unidos buscan "normalizar la situación" en la frontera común tras su reunión del miércoles sobre migración con una delegación encabezada por el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken.
"Cada vez hay más movimiento (económico) en la frontera, en los puentes, y por eso tenemos que estar atentos para que no se cierren los pasos, se llegó a ese acuerdo, ya se están abriendo los pasos para el ferrocarril y los puentes fronterizos, normalizar la situación, se avanzó en eso", señaló en su conferencia matutina.
El mandatario calificó de "muy buena" la conversación con Blinken; el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Elizabeth-Sherwood Randall, quienes realizaron una visita urgente ante el inédito repunte del flujo migratorio en diciembre.
Entre los acuerdos del encuentro, que se realizó con hermetismo y sin mensajes públicos, el gobernante mexicano destacó la formación de un equipo de trabajo para abordar la migración.
"Vamos a tener reuniones periódicas, se formaron ya los equipos, se va a ir a Washington, yo no, pero sí el gabinete de seguridad y los responsables: la secretaria de Relaciones, la secretaria de Seguridad, el secretario de Defensa, Marina, la secretaria de Gobernación, por lo que tiene que ver con migración", expuso.
"Y ellos van a estar también con nosotros, va a haber un intercambio constante”, agregó.
La visita ocurre mientras este diciembre se registran cifras históricas de personas que buscan entrar a Estados Unidos en la frontera con México, donde la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP, en inglés) confirmó el martes la llegada de más de 2,2 millones de migrantes de enero a noviembre.
El repunte migratorio llevó a Estados Unidos a cerrar de forma temporal los cruces ferroviarios fronterizos en Eagle Pass y El Paso, ambos en Texas, así como las entradas del Puente Internacional de la Presa de la Amistad (Texas), San Ysidro (California) y Lukeville (Arizona).
“Todo esto inicia porque él pide, el presidente (Joe) Biden, hablar conmigo preocupado por la situación de la frontera porque se llegó a un número de migrantes que no se había visto, creo que 10.000 o 12.000 diarios en la frontera norte, y esto llevó a que se cerraran aduanas y los pasos fronterizos del ferrocarril", reconoció López Obrador.
Pese a informaciones de la prensa internacional que señalaban que la delegación estadounidense reclamaría un mayor control migratorio, el mandatario mexicano destacó que el encuentro fue en "muy buenos términos".
“Es muy buena la relación con el presidente Biden y él es muy respetuoso de nosotros, de México, nada de amenazas, de sanciones a México, él entiende que es un fenómeno que tiene que ver con la pobreza, de la gente, de países, que es un problema social y que no se resuelve nada más con medidas coercitivas”, aseveró.