Madrid, 18 dic (EFE).- A las 12.16 horas, en la sede de la UEFA en la ciudad suiza de Nyon, ya emparejado el París Saint Germain instantes antes con la Real Sociedad, la leyenda del Chelsea John Terry sacó la bola del Inter y después del Atlético de Madrid de Diego Simeone, desafiado por Lautaro Martínez, goleador 17 veces en la actual temporada, decisivo en el último precedente amistoso (0-1) y que tuvo casi cerrado su fichaje en 2018.
Mientras luce de 'neroazzurro', con 119 tantos en 260 duelos con el actual líder de la Serie A y subcampeón de Europa, con tan solo una derrota (1-2 con el Sassuolo) en sus 22 duelos oficiales de esta temporada (16 triunfos, cinco empates, un choque perdido, 47 goles a favor y 12 en contra), siempre surge el recuerdo de que su fichaje por el Atlético, prácticamente hecho, se rompió a última hora. De forma imprevista.
"La historia de Lautaro es muy particular porque en realidad fue jugador del Atlético de Madrid. Cuando coges un avión y vas allí para intentar el 1 por ciento en una situación comprometida, al 99 por ciento corres el riesgo de hacer el ridículo, pero fueron 4 días de locura", rememoró Piero Ausilio, el director deportivo del club italiano, a 'Radio TV Serie A'.
"Sólo faltaba el acuerdo con el Atlético, había una cláusula que por suerte Lautaro no quiso ejercer y ahí lo hicimos muy bien. Zanetti me ayudó con el agente de Lautaro y Diego Milito con el presidente de Racing, muy duro", añadió el dirigente el pasado noviembre.
"Decidí quedarme en Racing para seguir aprendiendo (después fue al Inter). Siempre he tomado yo las decisiones, con el Atlético de Madrid estaba todo hecho, pero por unos pocos detalles la operación se acabó rompiendo", expresó a 'Fox Sports' el propio jugador antes de su incorporación al Inter en el verano de 2018, cuando el conjunto italiano pagó 25 millones de euros para su traspaso desde el Racing Club de Avellaneda.
Tenía 20 años. Hoy, con 26, Lautaro es un líder en el Inter. Su goleador. Esta temporada ya ha marcado 17 goles, la anterior llegó hasta 28, con su equipo hasta la final de la Liga de Campeones perdida contra el Manchester City; en 2021-22 logró 25; en 2020-21, 19; y en 2019-20, 21. Sólo la primera campaña, recién llegado, rebajó esas cifras, con nueve dianas, aunque jugó mucho menos.
El portero Yann Sommer, los carrileros Federido Dimarco, Denzel Dumfries y Matteo Darmian, los centrales Stefan de Vrij (ahora lesionado), Francesco Acerbi y Alessandro Bastoni, los centrocampistas Hakan Calhanoglu, Nicolo Barella y Henrikh Mkhitaryan y el delantero Marcus Thuram (ocho goles en 22 duelos esta campaña) forman la base actual del once junto a Lautaro Martínez, dentro de un 5-3-2. Ha sido segundo de su grupo, por detrás de la Real Sociedad. Pero es tan favorito como el Atlético.
Invencible en sus últimos 15 encuentros entre la Serie A, la Copa y la Liga de Campeones, Lautaro sólo ha jugado una vez contra el Atlético y Diego Simeone: el 11 de agosto de 2018 en un amistoso en el Metropolitano, con el gol del atacante argentino en el minuto 31 para desnivelar el choque frente a Jan Oblak, con el que se reencontrará desde el próximo mes de febrero.
El Atlético se ha enfrentado en otra ocasión al Inter a un único duelo.
Antes de Simeone, con Quique Sánchez Flores en el banquillo, recién conquistada la Liga Europa de 2010 en Hamburgo contra el Fulham, el equipo rojiblanco disputó la Supercopa de Europa contra el conjunto italiano en el estadio Luis II de Mónaco. Al Inter lo dirigía Rafa Benítez.
El Atlético, para nada favorito, conquistó la primera Supercopa continental de su historia (ahora suma tres, las dos restantes en 2012 y 2018, con Simeone como técnico), con un gran partido, con el que aplacó al Inter en la defensa, lo maniató en el medio campo y lo sobrepasó arriba, con los goles de José Antonio Reyes y Sergio 'Kun' Agüero, en los minutos 62 y 83, respectivamente, y con un penalti parado al final por De Gea a Diego Milito.
Hay otro vínculo más entre ambos clubes: Diego Simeone. En su época de centrocampista, campeón del 'doblete' de Liga y Copa del Rey con el Atlético de Madrid en 1996, en el verano de 1997 fichó por el Inter. Fue el 27 de junio tras diez horas y media de negociaciones en Milán. Firmó por cuatro años. Jugó dos allí, de 1997 a 1999, con 85 partidos, 14 goles, 16 asistencias y el título de la Copa de la UEFA, antes de su traspaso al Lazio.
El 8 de junio fue vendido al equipo romano, dentro de la operación de traspaso en sentido inverso del también exrojiblanco Christian Vieri.
"Creo que no le disgustará jugar en el Lazio. No se lo hemos comunicado aún, pues está de viaje. Él está muy unido al Inter de Milán, pero existía una gran incompatibilidad técnica. No obstante, va a un gran equipo", dijo entonces Massimo Moratti, accionista mayoritario en aquella época del club 'neroazzurro', tras la reunión con Sergio Cragnotti, su homólogo en el Lazio, en un hotel de Roma.
Ya como entrenador del Atlético, Simeone ha sonado más de una vez como una opción de futuro del Inter, como una posibilidad siempre latente, pero cada vez más lejana, por la fuerza de su recorrido y su vínculo con el conjunto rojiblanco, con el que aún insiste en lograr lo imposible hasta ahora para el club: la ansiada (quizá obsesiva) Liga de Campeones.
Es el desafío. No le basta con quedarse en octavos. Ni siquiera en cuartos. Quiere ir más allá. Seis temporadas después, el Atlético es primero de su grupo. La última vez que ocurrió fue en 2016-17. Llegó hasta las semifinales. De 2015-16 data su última final. De 2013-14, la anterior. La segunda la perdió en los penaltis, la primera en la prórroga. Ambas contra el Real Madrid. Dos finales crueles.
Aún la busca. Ha sido su tercera mejor fase de grupos de la era Simeone. Sólo la superan los cursos 2016-17 y 2013-14, con 15 y 16 puntos, respectivamente, por los 14 de ahora. Ha sido invencible, con tres victorias en el Metropolitano (6-0 al Celtic, 3-2 al Feyenoord y 2-0 al Lazio), donde ha ganado 20 duelos seguidos entre todas las competiciones, y un triunfo (1-3 al Feyenoord) y dos empates como visitante: 1-1 en Roma y 2-2 en Glasgow.
Entre su imponente aspecto en casa, con una racha para la historia, la mejor en la actualidad en toda Europa, y sus vaivenes fuera, con la advertencia que supone que tan solo haya ganado sólo cinco de sus últimos 16 desplazamientos oficiales, aparece en octavos con suma ambición, con la vuelta en casa, aunque no ha sido siempre sinónimo de clasificación.
No fue en las últimas dos eliminatorias de la Liga de Campeones que ha jugado bajo ese orden de partidos. Ni en los cuartos de 2021-22, contra el Manchester City (1-0 fuera y 0-0 en casa), ni en las semifinales de 2016-17, contra el Real Madrid, con un 3-0 en el Santiago Bernabéu y un 2-1 en el Vicente Calderón que incluso apuntó a la proeza de la remontada durante el tramo inicial, con un explosivo comienzo del equipo de Simeone.
Sí lo fue, en cambio, en las seis anteriores: en los octavos de 2016-17 (2-4 y 0-0 con el Bayer Leverkusen), de 2015-16 (0-0 en ambos choques y triunfo en los penaltis ante el PSV), de 2014-15 (en la tanda final de los once metros ante el Leverkusen) y de 2013-14 (0-1 en San Siro y 4-1 en el Calderón ante el Milan); y en los cuartos de 2013-14 y 2015-16, ambos contra el Barcelona (1-1 y 1-0; 2-1 y 2-0, respectivamente), ambos camino a la final.
En total, el Atlético de Simeone ha disputado ocho veces los octavos de final en sus diez participaciones anteriores, sin contar la actual: se clasificó en seis de ellas, las más recientes en 2021-22, cuando eliminó al Manchester United (1-1 y 0-1), y en 2019-20, cuando doblegó al Liverpool con aquel milagro de Jan Oblak y Marcos Llorente en Anfield (2-3), aparte de las cuatro citadas de 2016-17, 2015-16, 2014-15 y 2013-14.
Y falló en dos con estrépito. Una fue en Turín, con los tres goles de Cristiano Ronaldo en la vuelta, tras el triunfo del Atlético por 2-0 en el Metropolitano. Fue en la edición de 2018-19. Otra, en 2020-21, contra el Chelsea, con el que perdió 0-1 en su 'destierro' a Budapest en el duelo de ida, en el que ejerció como local, y cayó en la vuelta por 2-0 en Stamford Bridge. EFE
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Roma, 18 dic (EFE).- El Inter de Milán es uno de los candidatos a todo en Italia. Su manera de competir, su lectura de los partidos y su efectividad le convierten en uno de los equipos más completos también en Europa, aunque su traspiés en la fase de grupos le ha deparado un sorteo complicado ante el Atlético de Madrid, un duelo abierto de par en par que los 'nerazzurri' encaran con la confianza que les otorga el haber sido finalistas de la pasada edición.
El Inter se podría definir como una máquina de matar italiana. No necesita ser excesivamente superior a su rival para hacerle daño. Ni si quiera tener el control absoluto. Es un equipo tenaz, sólido, resiliente y, sobre todo, eficaz de cara a puerta. En cuanto encuentra una grieta, percute hasta provocar una hemorragia total.
El ejemplo más reciente es su partido de este domingo ante el Lazio. Controlaba el duelo el combinado romano, pero con dos zarpazos los tres puntos viajaron a Milán. Son solo 7 goles encajados y 39 a favor, lo que le convierte en el equipo más goleador y en el menos goleado de Italia. No hay equipo con esos números, que marque tanto y encaje tan poco, en el resto de las cinco grandes ligas.
Tener una plantilla tan completa, si le respetan las bajas, también ayuda. Porque el Inter es un proyecto deportivo sólido. Ha encontrado estabilidad con una plantilla balanceada que, aunque con una columna vertebral evidente, puede rotar sin problema por lo profundo de su armario.
Con Lautaro Martínez como eje principal, capitán y figura indiscutible para el técnico Simone Inzahi, el Inter lo tiene más fácil. Porque su delantero, su líder absoluto, atraviesa un estado de forma fantástico, un momento de madurez total que le permite exprimir su mejor juego en favor de sus compañeros. No solo marca, sino que asiste, oxigena en salida de balón y su presión alta e incansable complica sobremanera el juego del rival.
Acompañado por Marcus Thuram, han formado una sociedad muy completa de manera un tanto inesperada, pues el rendimiento del galo ha superado todas las expectativas. Además, en el banquillo, Alexis Sánchez y Marko Arnautovic completan la ofensiva.
En el centro del campo el trío titular se dice de carrerilla en el seno interista. Hakan Calhanoglu, Henrikh Mhkitaryan y Nicolo Barella son indiscutibles de inicio. Si están bien, son un argumento muy sólido para la victoria.
Se intercambian posiciones constantemente, son mediocentros llegadores y que aportan profundidad con desmarques al espacio. Y Calhanoglu, además, es un peligro desde la larga distancia. Davide Fratessi, internacional con Italia, se postula como un suplente casi de lujo, un hombre de rotación que podría ser titular.
La zona defensiva está caracterizada por un línea de tres centrales y dos carrileros de ida y vuelta. Son profundos en ataque, pero defienden cuando toca.
Con la baja de larga duración del colombiano Juan Cuadrado, es Benjamin Pavard el que toma enteros como central, junto a Francesco Acerbi y Alessandro Bastoni, para dejar el carril derecho a Matteo Darmian. Por la izquierda el siempre fijo Federico Dimarco, un puñal y uno de los máximo peligros ofensivos de los interistas.
Además, el Inter cuenta con un seguro bajo palos como Yan Sommer, que ha suplido con creces la marcha de André Onana. Solo ha encajado 7 goles en Serie A, el portero que menos ha recibido; y 5 tantos en Liga de Campeones, 3 de ellos en el mismo partido ante el Benfica.
Línea por línea el Inter tiene jugadores peligrosos y de calidad, pero es en el engranaje donde cada pieza cobra sentido y eleva el techo competitivo de club. Fue así como llegaron a la final de la pasada edición y como ahora en Italia se pasea como una máquina de matar.
Madrid, 18 dic (EFE).- Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, expresó este lunes, tras el emparejamiento de los octavos de final con el Inter de Milán, que no cambiaría su rival por ninguno de los oponentes de los otros clubes españoles (Leipzig, Nápoles y PSG), porque está "muy bien" con lo que le ha tocado, aunque remarcó que es "un gran equipo".
"Nos tenía que tocar alguno y nos ha tocado el Inter. Es un equipo sobradamente conocido, un gran equipo, líder en estos momentos, subcampeón de Europa el año pasado... Tenemos que pensar en salir a ganar y ganar", explicó en declaraciones a 'Movistar' tras el sorteo.
"Estamos felices y contentos con lo que nos ha tocado. Vamos a ver el partido que nos sale. Es un rival como todos, difícil y accesible a la vez", continuó el dirigente del equipo rojiblanco, que auguró que su equipo estará "bien" en dos meses, cuando comience la eliminatoria.
"¿Por qué vamos a estar mal? Vamos a salir como siempre a ganar... Y ganar. Si nos respetan las lesiones y no pasa nada anormal, estaremos bien. De aquí a dos meses puede cambiar todo", añadió. EFE
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