Madrid, 15 dic (EFE).- El año 2023 abrió una nueva era en el fútbol; un antes y un después el pasado verano de un juego dominado por Lionel Messi, campeón de todo, hasta del Mundial que le faltaba, y ganador por octava vez del Balón de Oro, quizá el último para un futbolista para la eternidad, alejado ya del foco principal y de la competitividad extrema, en el Inter Miami, como antes lo hizo Cristiano Ronaldo rumbo a Arabia Saudí.
Ya no juega en el París Saint Germain, del que salió el pasado verano para su repliegue a Estados Unidos, a una competición menos exigente, menos trascendente. Ni tampoco en el Barcelona, que creyó en un regreso imposible, en el reencuentro con la figura más grande de su historia, con un jugador único que lo dirigió hacia cotas maravillosas.
Aún compite con Argentina, como líder mucho más allá del propio brazalete de capitán, con la Copa América de Estados Unidos del próximo verano a la vista, con el Mundial de 2026 en Norteamérica, que le llegará con 39 años, más borroso, como el jugador que marcó una época en el mundo y en Europa, admirado, superlativo, mientras aguarda el relevo.
Porque, a sus 36 años, Messi ya juega en la MLS estadounidense. Ni en LaLiga EA Sports española. Ni en la Premier inglesa. Ni en la Bundesliga alemana. Ni en la Serie A italiana. Ni en la Ligue 1 francesa. Ni en la Liga de Campeones. Ni en la Copa Libertadores. Ni en el Mundial de Clubes. Ni en la Supercopa de Europa. En ninguna de las competiciones más importantes a nivel de equipos del planeta.
Atrás, en la memoria imborrable del balón, sus 672 goles en 778 partidos con el Barcelona, sus 32 tantos en 75 encuentros con el PSG, sus 163 choques y 129 dianas en la Liga de Campeones, el torneo de los torneos, y su colección esplendorosa de títulos, mientras sigue adelante su carrera con Argentina, ya por los 180 duelos y 106 goles, y con el Inter Miami, con el que ha añadido once goles en 14 partidos.
El octavo, aparentemente, será su último Balón de Oro, conseguido este 2023. Antes se impuso en ese certamen en 2009, 2010, 2011, 2012, 2015, 2019 y 2021. La descripción de una década de vigencia absoluta junto a Cristiano Ronaldo. Messi es finalista también al 'The Best' de la FIFA, junto a Erling Haaland y Kylian Mbappe, llamados, en un futuro más que cercano, a tomar la cima que han dejado libre él y Cristiano.
El 2023 empezó con la nueva aventura de CR7. No había ya presente ni futuro en el Manchester United, entre conflictos con Erik Ten Hag; no había logrado el club que lo permitiese seguir jugando la Liga de Campeones; concluyó su paso por los Mundiales entre los récords y pulverizó los contratos millonarios cuando fichó por el Al Nassr de Arabia Saudí, que se ha transformado en el mercado más pujante del mundo. Junto a la Premier.
Como Messi, pero meses antes, a finales de 2022, Cristiano Ronaldo terminó un ciclo en el fútbol europeo, ya para siempre, a sus 38 años. Trasladó su gen ganador, sus goles, su implacable fuerza, su tremendo fútbol, a una liga creciente, con los fichajes a golpe de talonario del último verano, entre ellos Karim Benzema.
Cristiano ganó 5 Balones de Oro (2008, 2013, 2014, 2016 y 2017). Benzema, otro, en 2022. El restante en toda esta era fue de Luka Modric (Real Madrid), ahora sin el protagonismo que siempre se ganó su talento.
Es el fin de una era. No hay representación más nítida que una Liga de Campeones sin Messi ni Cristiano Ronaldo, los mejores de los últimos tiempos, rivales en un pulso cuya dimensión gigantesca centró el fútbol del más alto nivel durante más de una década y quedará para la historia más grande del balompié. Ahora llega el turno de otros. Hay candidatos.
Kylian Mbappe, desbordante y concluyente. Un fenómeno. 24 años. Aún sigue en el París Saint Germain, con el final de contrato a la vista, el 30 de junio de 2024. Desde el 1 de enero es libre para negociar con cualquiera. O Erling Haaland, el goleador de los récords en el Manchester City: 71 en 75 partidos. 23 años y 206 tantos en su carrera, entre el Molde, el Salzburgo, el Borussia Dortmund y su actual club a las órdenes de Pep Guardiola.
También es el momento de Vinícius Júnior, vertiginoso, incontestable, en el Real Madrid. O de su compañero Rodrygo Goes. Los dos están llamados a liderar la selección brasileña. De Jude Bellingham, impresionante goleador en el Real Madrid (16 en 19 partidos, cuando en el Dortmund apenas marcó 24 en 132 choques). Tienen 23, 22 y 20 años, respectivamente.
De los barcelonistas Pedri y Gavi, frenado por la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla, en medio del debate cada vez más intenso y comprometido que surge en los futbolistas contra un calendario sin pausa, cargado de partidos, de presión y de desgaste.
De Lautaro Martínez (22 goles esta campaña). Y de Antoine Griezmann, el jugador total del Atlético que pertenece más a la generación de Messi que a los nuevos valores. 32 años.
Treinta tiene Harry Kane, el goleador histórico del Tottenham que será pronto lo mismo en el Bayern Múnich. De momento, 22 tantos en 20 duelos desde que lo traspasó el club londinense por cien millones de euros, en uno de los fichajes del año 2023; aún 33 millones de euros por debajo del más alto de todos este curso: el medio centro ecuatoriano Moisés Caicedo, por 133 al Chelsea. El siguiente lo ocupa Declan Rice, por 116,6 al Arsenal.
Es el poder actual de la Premier, que también se ha trasladado a la Liga de Campeones.
Por fin, el Manchester City fue campeón de Europa, vencedor en la final contra el Inter, con un gol de Rodri Hernández, transformado también en el medio centro más reluciente de Europa al mando de Pep Guardiola.
Una inversión millonaria recompensada con la gloria. Nunca antes había ganado la máxima competición continental. También se adjudicó la Premier, pese al resurgimiento magnífico del Arsenal, que compitió hasta el final de la mano de Mikel Arteta; entre la crisis del Chelsea y el Manchester United que aún persiste.
La Bundesliga fue de nuevo para el Bayern. Todo sigue igual. O no tanto. El título lo perdió el Borussia Dortmund en la última jornada. Y ahora el líder es el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso. La Ligue 1 francesa fue para el PSG, decepcionante en Europa. Y la Serie A, para el Nápoles, que rememoró los tiempos de Diego Armando Maradona. Fue campeón 33 años después.
Iñaki Dufour