Indígenas tzotziles y tzeltales veneran a San Juan Diego en el sur de México

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San Cristóbal de Las Casas (México), 9 dic (EFE) .- Cientos de feligreses descendientes mayas tzotziles, acudieron en peregrinación a San Cristóbal de Las Casas, en el sureño estado mexicano de Chiapas, a la celebración de San Juan Diego, quien según la religión católica avistó a la Virgen de Guadalupe, en el cerro del Tepeyac en 1531.

Cada 9 de diciembre, pocos días antes de celebrar la fiesta de la Virgen de Guadalupe, en esta localidad se recuerda a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, a quien, según la historia, en su vestimenta le quedó impresa la imagen de la madre de Dios.

Desde la parte alta de uno de los cerros de este valle, al oriente de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, la imagen de Juan Diego es sacada en hombros por sus fieles del centro ceremonial católico junto con la Virgen María, para luego descender hasta donde los esperan cientos de descendientes tzotziles y tzeltales.

Desde muy temprano los fieles suben con ofrendas para la ceremonia, otros llegan desde la zona zoque para danzar en su honor, algunos más llegan acompañados de música de viento para llevarle las tradicionales 'mañanitas' a San Juan Diego.

Este día los fieles católicos se agrupan con algarabía para caminar más de tres kilómetros al lado de la imagen de Juan Diego y la Virgen de Guadalupe con consignas como '¡Viva Juan Dieguito!', '¡Viva la Virgen de Guadalupe!', '¡Viva Cristo Rey!', '¡Viva el barrio de Guadalupe!'.

El primer contingente lo encabezó Omar Gutiérrez, ataviado con la vestimenta de Juan Diego, quien dijo estar orgulloso de representar al indígena que reconoció a la Virgen.

“Es parte fundamental de nuestra historia y religión porque él claramente fue clave de estas tradiciones”, dijo Gutiérrez a EFE.

Los contingentes de hombres y mujeres se hicieron acompañar de carros alegóricos adornados con plantas y animales artificiales representativos del estado. Así también llamó la atención un carro de juguetes gigantes acompañado de niños repartiendo dulces.

Este año los fieles dijeron sentirse felices por la participación de los jóvenes pues consideran que en estos tiempos violentos debe haber más unión.

Juana Montoya dijo que entre sus peticiones están “que estemos bien de salud, que ella (la Virgen) nos cubra con su manto y nos cuide de toda la delincuencia”.

Los fieles rogaron a la Virgen María los ayude y los guíe para superar las secuelas que dejó la covid-19, pues aún están muy sensibles por las pérdidas que dejó esta enfermedad.

“Pido mucha salud, porque hemos pasado muchos tiempos complicados por la pandemia”, aseguró Eric Hernández Verá, habitante de San Cristóbal.

Cientos de espectadores se aglomeraron en las calles para observar el recorrido, el cual duró más de tres horas.

A 21 años de la canonización de Juan Diego por San Juan Pablo II, el 31 de julio de 2002 en la Basílica de Guadalupe, en Ciudad de México, los fieles católicos le van tomando cariño y reconocen su aporte a la historia de los mexicanos.

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