Dubái, 1 dic (EFE).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó este viernes en Dubái, al inicio de la cumbre del clima COP28, a los países que se benefician con las guerras y, en ese sentido, pidió un papel más protagónico de las Naciones Unidas.
"Tenemos que volver a creer en el multilateralismo. Es inexplicable que la ONU, a pesar de sus esfuerzos, sea incapaz de mantener la paz, simplemente porque algunos de sus miembros se benefician de la guerra", afirmó Lula en su discurso.
El gobernante recordó que solo el año pasado el mundo gastó más de 2.000 millones de dólares en armas y "esa cantidad podría invertirse en la lucha contra el hambre y el cambio climático".
"¿Cuántas toneladas de carbono emiten los misiles que cruzan el cielo y caen sobre civiles inocentes, especialmente niños y mujeres hambrientas?", preguntó.
Lula participó este viernes en la apertura de esta cumbre y en su intervención hizo énfasis también a los desafíos de la humanidad frente al cambio climático.
El líder progresista citó a la keniana Wangari Maathai, Premio Nobel de la Paz, cuando la activista africana dijo: "La generación que destruye el medio ambiente no es la que paga el precio", en referencia a las acciones inmediatas que deben ser tomadas.
Con 2023 como "el año más caluroso de los últimos 125.000 años" y las sequías, inundaciones y olas de calor cada vez más extremas y frecuentes, Lula puso como ejemplo la sequía en la Amazonía brasileña y los ciclones en el sur del país.
"La ciencia y la realidad nos muestran que esta vez la factura ha llegado antes. El planeta ya no espera a pasar la factura a la próxima generación y está harto de acuerdos climáticos incumplidos", aseveró.
Para Lula, las ayudas financieras a países necesitados no llegan a pesar de los "discursos elocuentes", pero "vacíos", que requieren "acciones concretas" porque "la factura del cambio climático no es igual para todos y llegó primero para las más pobres".
"¿Cuántos líderes mundiales están realmente comprometidos con salvar el planeta?", cuestionó el mandatario, que retorno el 1 de enero para su tercer mandato.
En su discurso, Lula citó la desigualdad como barrera para la protección de los recursos naturales y mencionó que el 1 % más rico del planeta emite la misma cantidad de carbono que el 66 % de la población mundial.
"El incumplimiento de los compromisos adquiridos está erosionando la credibilidad del régimen", subrayó Lula, quien lamentó que no se apliquen compromisos como los adquiridos en el Protocolo de Kioto (1997) o los Acuerdos de París (2015).
Al final de su pronunciamiento, Lula dijo que "el mundo ya está convencido del potencial de las energías renovables" y pidió más "debate" sobre la lentitud de la descarbonización para establecer una economía menos dependiente de los combustibles fósiles en el planeta.
"Debemos hacerlo con urgencia y equidad", manifestó Lula, justo un día después de Brasil anunciar que ingresará en enero en la OPEP+, grupo formado por 23 'petroestados' que controlan el 40 % de la oferta mundial de crudo.
El mandatario brasileño, que antes de llegar a Emiratos Árabes Unidos visitó Arabia Saudí y Catar, se reunirá este viernes en Doha con su homólogo de Guyana, Irfaan Ali, según informaron fuentes oficiales brasileñas.
La reunión bilateral se dará en el marco de las entrevistas con otros jefes de Estado y de Gobierno que Lula mantendrá en Dubái, pero en el caso del líder del país vecino ocurrirá en momentos en que Guyana mantiene una creciente tensión diplomática con Venezuela.
Dubái, 1 dic (EFE).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió a los gobiernos que concretaran y endurecieran sus objetivos de reducción de emisiones de aquí a la Cumbre del Clima de 2025 en Belem (Brasil), y advirtió de que la “sabanización” del Amazonas podrá llegar a “un punto irreversible”.
En su discurso en la cumbre de líderes que tiene lugar en Dubái en el marco de la COP28, el mandatario brasileño señaló que los compromisos determinados a nivel nacional (NDC, por su siglas en inglés) de los países deberán ser “más valientes” y “más concretos” para frenar el aumento de temperatura de modo que no supere grado y medio de calentamiento desde la era preindustrial.
El NDC de Brasil, recalcó, es “mucho más ambicioso” que el de “aquellos países que contaminan la atmósfera desde la revolución industrial en el siglo XX”, y tachó de “inaceptable” que los países desarrollados hayan incumplido su promesa de destinar 100.000 millones de dólares anuales a la acción climática.
Este compromiso, dijo, se ha quedado en “una hoja de papel”, mientras que el gasto militar en 2021 fue de 2 billones de dólares.
Como otros líderes de la región, Lula reivindicó el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, que “no es negociable” y “amenazarlo va en contra de cualquier noción básica de justicia climática”.
Los países más vulnerables, incidió, “no pueden tener que elegir entre luchar contra el cambio climático y contra la pobreza”, ya que “tendrán que hacer ambas cosas”.
Su país se ha comprometido a recortar sus emisiones de gases invernadero en un 48 % para el año 2025 y en un 53 % para el año 2030, a fin de lograr la neutralidad en carbono para el 2050, señaló Lula.
Subrayó asimismo los esfuerzos que su gobierno ha llevado a cabo para detener la deforestación del Amazonas, mediante medidas que en los primeros 10 meses del año han conseguido reducirla en casi un 50 %, lo que “ha evitado la emisión de 250 millones de toneladas de carbono a la atmósfera”.
Sin embargo, esta región sigue padeciendo los efectos del cambio climático, lamentó, y en estos momentos sufre una sequía “sin precedentes”, pues el nivel de los ríos es el más bajo de los últimos 120 años.
“Nunca me hubiera podido imaginar que esto sucediera en un lugar donde tenemos la mayor reserva de agua dulce del mundo, pero el futuro del Amazonas no solamente depende de los que viven en la zona”, aseveró.
La deforestación del mundo comporta el 10 % de las emisiones mundiales, alegó Lula, para resaltar la importancia de proteger los bosques tropicales, que son las esponjas que absorben el CO2 que emiten actividades humanas como la quema de los combustibles fósiles.
El presidente brasileño defendió el Amazonas, un bioma que puede llegar a un proceso “irreversible de sabanización” a medida que se siga calentando el planeta.
“Incluso aunque no se no se cortara ningún árbol más el Amazonas podría llegar un punto de no retorno si los demás países no hacen lo que esté en su mano”, advirtió Lula.