Belén Delgado
Madrid, 30 nov (EFE).- El sector primario está incluido en los planes de adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático de la mayoría de los países, por lo que sigue de cerca los nuevos compromisos que se alcancen durante la COP28 en esos ámbitos y en su financiación.
En la Cumbre del Clima que se celebra desde este jueves y hasta el próximo 12 de diciembre en Dubái se dará a conocer la primera evaluación de los resultados obtenidos en la lucha contra el cambio climático desde la firma del Acuerdo de París en 2015.
Ese proceso marcará los próximos pasos de los países en sus contribuciones voluntarias, a la espera de una nueva ronda de planes de acción climática en 2025, con objetivos que atañen a los distintos sectores, incluida la agricultura.
En ese contexto, continuarán los debates del llamado grupo de trabajo de Sharm el Sheij para implementar acciones climáticas en agricultura y seguridad alimentaria.
Los países en desarrollo están pendientes de lo que se decida sobre la financiación de la adaptación al clima, tan fundamental para los pequeños productores, que producen el 80 % de los alimentos en el mundo y se ven afectados por todo tipo de fenómenos extremos, así como de la configuración del futuro fondo de daños y pérdidas, acordado en la cumbre del año pasado.
Lany Rebagay, que representa a 13 millones de agricultores familiares de la Asociación de Productores de Asia para el Desarrollo Rural Sostenible, señalaba en una reciente charla que los pequeños productores apenas reciben un 0,3 % de la ayuda climática internacional para su adaptación al clima.
La responsable de Programas de esta organización considera que ellos "son pioneros en las prácticas sostenibles y resilientes necesarias para alimentar al mundo en un clima cambiante, pero están excluidos de la toma de decisiones", por lo que se necesitan alianzas sólidas con los gobiernos comprometidos a transformar el sistema alimentario.
También habrá que ver si los países avanzan en un objetivo global para financiar los esfuerzos de mitigación de los países en desarrollo y garantizar una transición energética justa.
La directora ejecutiva de la Alianza Global para el Futuro de la Alimentación, Anna Lappé, insiste en que al menos un 15 % de las emisiones proceden de la alimentación, por lo que el compromiso potencial de eliminar gradualmente los combustibles fósiles requerirá cambios en ese sector.
Según una investigación de esta alianza, los sistemas alimentarios representan al menos el 15 % de los combustibles fósiles que se queman cada año en el mundo, equivalente a las emisiones totales de la Unión Europea y Rusia juntas.
Lappé, que resalta los vínculos entre energía y alimentación, denuncia las presiones de las grandes corporaciones para influir en las decisiones tomadas durante la COP, con un aumento de los grupos de presión presentes en las anteriores citas.
En Dubái se presentará la primera Declaración de Emiratos sobre agricultura sostenible, sistemas alimentarios resilientes y acción climática, como parte de la agenda de la Presidencia de la cumbre, y la jornada del 10 de diciembre estará dedicada a la alimentación, la agricultura y el agua.
La directora para África y las asociaciones globales del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), Wanjira Mathai, destaca la declaración como un llamamiento a lograr por parte de los gobiernos "compromisos firmes" para integrar la alimentación en sus presupuestos y sus planes nacionales de adaptación y mitigación.
"No hay forma de alcanzar una temperatura global de 1,5 grados centígrados, alimentar el planeta y salvaguardar la naturaleza sin transformar urgentemente la manera de usar la tierra y producir, transportar, procesar, distribuir y consumir alimentos", afirma Mathai.
Precisamente la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicará un informe sobre cómo el sector agroalimentario puede contribuir a los objetivos del 1,5 grados y hambre cero en el mundo.
La cumbre de Emiratos albergará también numerosas conferencias e iniciativas para combatir la deforestación, conservar la biodiversidad, proteger los océanos, garantizar la seguridad alimentaria, impulsar los créditos de carbono y reducir el desperdicio de alimentos, entre otros asuntos.
Para el presidente del movimiento Slow Food, Edward Mukiibi, la agroecología es la base de los sistemas alimentarios sostenibles, aunque existe el riesgo de que las negociaciones climáticas "ignoren la complejidad de esos sistemas y las causas profundas de la inseguridad alimentaria, como los desequilibrios de poder y la producción industrial de alimentos".