Roma, 22 nov (EFE).- El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, una semana antes de que los líderes mundiales se reúnan en Dubái en la Cumbre del Clima COP28, advirtió de que "sólo el año pasado, los extremos climáticos empujaron a la asombrosa cifra de 56,8 millones de personas a una grave inseguridad alimentaria".
“Muchos de los países más frágiles del mundo, asolados por conflictos, inestabilidad y pobreza, son los más afectados por el cambio climático. La crisis climática no tiene por qué ser una crisis de hambre, pero eso es exactamente lo que está sucediendo”, afirmó la directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain, en una nota.
En la COP28, el PMA, escriben, "solicitará apoyo inmediato para aumentar la protección climática de las comunidades aquejadas de inseguridad alimentaria cuyas vidas y medios de subsistencia se ven amenazados por el calentamiento global, particularmente en entornos frágiles y afectados por conflictos".
"Las comunidades necesitan acceso a información de alerta temprana, protección financiera mediante efectivo anticipado antes de que ocurran desastres y seguros climáticos para cultivos y ganado, así como sistemas de protección social que respondan a las crisis. Sin una acción decisiva y transformadora para advertir y proteger a las comunidades contra los desastres y los fenómenos meteorológicos extremos, el mundo verá crecer el hambre, la inseguridad y los desplazamientos", explican.
Por otra parte señalan que "al fortalecer los sistemas locales y dirigir más fondos a los contextos de mayor riesgo, es posible proteger los sistemas alimentarios locales de los peores impactos de los extremos climáticos y evitar una inseguridad alimentaria prolongada" y que "esto es mucho más rentable que responder continuamente a nuevas crisis de hambre".
“El PMA ya ha brindado protección contra las crisis climáticas a 15 millones de personas en 42 países, pero esto no es suficiente", agregaron
Los expertos creen que 2023 será el año más caluroso jamás registrado y el mundo se está acercando peligrosamente a superar permanentemente el límite crítico de calentamiento global de 1,5° C.
En la primera mitad de este año se produjo el ciclón tropical de mayor duración registrado en el sur de África y olas de calor e incendios forestales sin precedentes en Europa, América del Norte y Asia. Las lluvias que llegaron después de una sequía de tres años en el Cuerno de África provocaron inundaciones repentinas y desplazamientos masivos, en lugar de alivio para los agricultores.