Gran Premio F1 de Las Vegas no genera el entusiasmo esperado

Se suponía que el primer Gran Premio de Las Vegas en cuatro décadas sería la última gran victoria deportiva para la Ciudad del Pecado. Sin embargo, en los días y semanas previos al inicio del evento, los precios de las entradas y de las habitaciones de hotel han ido cayendo, una señal de que el entusiasmo en torno al evento está disminuyendo.

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(Bloomberg) -- Se suponía que el primer Gran Premio de Las Vegas en cuatro décadas sería la última gran victoria deportiva para la Ciudad del Pecado. Sin embargo, en los días y semanas previos al inicio del evento, los precios de las entradas y de las habitaciones de hotel han ido cayendo, una señal de que el entusiasmo en torno al evento está disminuyendo.

Liberty Media Corp., propietaria de la F1, empezó a reducir las expectativas ganancia para la carrera, achacándolo a costos inesperados.

La caída de los precios plantea dudas sobre si los patrocinadores de la carrera sobreestimaron la popularidad del deporte en Estados Unidos, si se expandieron demasiado rápido o si simplemente cobraron demasiado en un momento en que la audiencia general de la F1 en televisión está menguando.

“En Las Vegas, se trata de hospitalidad corporativa, de paquetes de US$5 millones; en realidad no se ve mucha participación regular de los fanáticos”, dijo Vincenzo Landino, productor de medios digitales que escribe el Qualifier, un newsletter sobre la F1.

Las entradas más baratas para la carrera del jueves por la noche ahora se venden por US$119, según el revendedor TickPick, y las del viernes cuestan US$259, ambas menos de la mitad de lo que costaban hace un mes. Para el evento principal del sábado, los fanáticos desembolsarán US$807, en comparación con US$1.645.

La caída se debe en parte a los revendedores que se abastecieron de boletos cuando salieron a la venta por primera vez. Ahora, con menos demanda de la esperada, tienen que aceptar precios más bajos. Sin embargo, la carrera en Miami este año tampoco se agotó tan rápido como en años anteriores.

“Para el momento del evento estaremos agotados” dijo Renee Wilm, director ejecutivo del Gran Premio de Las Vegas, el 3 de noviembre en una conferencia telefónica sobre resultados. El martes por la noche aún quedaban asientos disponibles.

Mientras tanto, operadores hoteleros como Wynn Resorts Ltd. que deliberadamente retuvieron habitaciones —esperando ofrecerlas a los grandes apostadores— ahora las ponen a disposición de cualquiera que tenga una tarjeta de crédito. Los complejos turísticos de alto nivel como el Venetian Las Vegas tienen habitaciones por unos US$700 la noche, no mucho más que otros fines de semana populares.

El contrato de 10 años de la F1 para albergar una carrera en Las Vegas es el último premio para la ciudad turística que rápidamente se está convirtiendo en capital mundial del deporte y las apuestas deportivas. En los últimos años ha dado la bienvenida a equipos profesionales de hockey y fútbol americano, ​​así como al plan de reubicación de los Atléticos de Oakland. En febrero, la ciudad será sede del Super Bowl, el primero en Nevada.

La F1 todavía puede ganar mucho dinero más allá de la venta de entradas, gracias a los patrocinios y la hospitalidad corporativa. Un portavoz de la compañía dijo que la carrera de Las Vegas va a generar más ingresos que ningún otro Gran Premio de la historia.

Además de la exuberancia de Las Vegas, hay otros factores en juego. La audiencia televisiva de la F1 en Estados Unidos —aunque mucho mayor que hace unos años— ha disminuido aproximadamente un 8% respecto al año pasado, según ESPN. La Audiencia global de Drive to Survive, la docuserie de Netflix que catalizó el crecimiento del deporte en los últimos años también ha caído un 7% respecto al año anterior, según datos publicados por la compañía.

Sobre el papel, Liberty lo ha hecho todo bien. En 2020 contrató a Stefano Domenicali, el genial exlíder de Lamborghini, para dirigir las operaciones. Flexibilizó los restrictivos acuerdos de televisión para que los clips de carreras pudieran compartirse en plataformas digitales como YouTube. Lanzó una aplicación de streaming por suscripción y una plataforma de deportes de fantasía. Otorgó licencias de datos a canales de apuestas.

Impulsado por el dramatismo de Drive to Survive y el atractivo multidimensional de superestrellas como Lewis Hamilton, un carismático británico que conduce para Mercedes, la F1 amplió su atractivo a nuevos mercados, incluido EE.UU.

En 2016, Liberty adquirió la F1 en un acuerdo valorado en US$4.400 millones. Desde entonces, las ventas y utilidad han aumentado alrededor de un 40%.

La compañía tenía un precedente prometedor antes de desembolsar US$240 millones en la compra del terreno que se convertiría en el pit lane y paddock de la carrera de Las Vegas. El Gran Premio de Austin de Texas fue un éxito desde el principio en 2012, con los conductores entusiasmados con su pista exclusiva (a diferencia de las pistas callejeras creadas temporalmente en ciudades como Las Vegas) y los espectadores contentos por su asequibilidad y accesibilidad para los fanáticos “reales” de las carreras.

“Austin sigue siendo la única carrera en la que [los fanáticos] tienen la certeza de que tendrán una buena experiencia”, dijo Nicole Sievers, una de las dos productoras del pódcast Two Girls 2 Formula. “Verán buenas carreras y no les costará un riñón”.

Miami también fue un éxito, al menos cuando empezó. Después de que la carrera de Austin de 2021 atrajera un récord de 400.000 fanáticos, casi el 70% de ellos novatos, las preventas de tres días de suites y tribunas de Miami se agotaron en 24 horas. En 2022, la entrada más barata costaba más de US$600, mientras que los asientos superiores se alcanzaron precios de US$32.000 en reventa.

Sin embargo, algunos incondicionales de las carreras se quejaron de que el premio estaba dirigido a corporaciones y no a los fanáticos, por lo que se opusieron a los precios de las entradas. Los boletos para la carrera de este año en Miami comenzaron en US$880 y llegaron hasta los US$5.000. Días antes del evento, seguían habiendo entradas disponibles.

Muchas de las personas que buscaban un fin de semana de diversión en una carrera de F1 también tenían una nueva alternativa: Las Vegas. Famosa por saber cómo divertirse, la ciudad lleva meses preparándose para este espectáculo, colocando autos de carreras en los vestíbulos de los hoteles y publicitando paquetes de experiencias de US$1 millón, así como cenas a base de caviar comisariadas por Jean-Georges y Mario Carbone.

En la conferencia telefónica de principios de este mes, el director ejecutivo de Liberty, Greg Maffei, señaló los costos iniciales de la carrera de Las Vegas, incluida la seguridad adicional, el diseño de una aplicación, la planificación del tráfico y una ceremonia de apertura que, según dijo, no se repetirá.

“Hubo otros, como consultores, que nos ayudaron a ponerlo en marcha, permitiendo costos que eran inusuales y cosas por el estilo”, dijo Maffei. “Hay un montón de costos iniciales que probablemente sean más altos de lo que habíamos estimado originalmente”.

Una razón importante para los índices de audiencia más bajos y la menor venta de entradas puede ser la falta de suspenso del circuito. Después de ganar un récord de 15 carreras en 2022, Max Verstappen, la estrella ojiazul de la escudería Red Bull, ha ganado 17 de 20 carreras en lo que va de temporada. Ya se ha asegurado el título de campeón del mundo de este año y Red Bull el título de Constructores.

En el pasado, los fanáticos acudían en masa al deporte para ver a advenedizos como McLaren y Red Bull desafiar a Mercedes. Pero ahora que Red Bull domina, el drama ha disminuido.

Y si bien Las Vegas está inundada de dinero en efectivo e innumerables atracciones, carece del glamour de larga data de la carrera en Mónaco y de la profunda historia deportiva de las carreras en, digamos, Silverstone, Inglaterra y Montreal.

“El listón ya está muy alto”, dijo Landino, el escritor de F1. “¿Qué será en cinco años? ¿Querrá la gente seguir asistiendo a este evento año tras año?

Traducido por Paola Torre.

Nota Original:Formula 1’s Las Vegas Race Isn’t Living Up to the Hype

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