Sídney (Australia), 17 nov (EFE).- El exmilitar australiano David McBride, quien ayudó a exponer presuntos crímenes de guerra cometidos por soldados del país oceánico en Afganistán, se declaró este viernes ante un tribunal de Camberra culpable de tres cargos por robar y compartir ilegalmente información clasificada con la prensa.
McBride, que fue abogado en el Ejército australiano, compareció ante el Tribunal Supremo del Territorio de la Capital Australiana, donde el juez David Mossop falló a favor de que el Gobierno mantenga en secreto pruebas clave del caso por motivos de seguridad nacional, incluso para el jurado.
El exmilitar argumenta que sus acciones respondían a su deber de abogado militar y en defensa del interés público, pero se declaró culpable para evitar el juicio, ya que el jurado no iba a tener acceso a parte de las pruebas.
McBride seguirá en libertad provisional hasta que se dicte su sentencia en una fecha por anunciar el próximo año, según explicó hoy en un comunicado el Centro Legal de Derechos Humanos.
El abogado del exmilitar acusado, Mark Davis, afirmó que no descarta una apelación a una eventual sentencia que se puede traducir en cadena perpetua, según las declaraciones que dieron ambos a las afueras del tribunal y que fueron transmitidas por la cadena pública australiana ABC.
Davis también calificó de "duro golpe" la decisión del juez Mossop sobre el secreto de algunas pruebas y consideró que "se trata de una interpretación muy estrecha de la ley, que nos retrotrae a la época anterior a la Segunda Guerra Mundial".
Por su lado, el exabogado militar, que estuvo destinado en Afganistán en 2011 y 2013, dijo con el puño en alto: "estoy con la frente alta y creo que cumplí con mi deber", entre aplausos de sus simpatizantes.
McBride filtró documentos secretos militares a los periodistas Andrew Clarke, Chris Masters y Dan Oakes entre los años 2014 y 2016, lo que sirvió para que la cadena pública australiana ABC emitiera en 2017 el programa "Archivos de Afganistán" que reveló presuntas ejecuciones ilegales de prisioneros en ese país.
Estas denuncias periodísticas también impulsaron una investigación oficial para averiguar los presuntos crímenes de guerra perpetrados en Afganistán por sus tropas entre 2005 y 2016, después de que múltiples denuncias salieran a la luz.
La investigación publicada en 2020 recomendó que una veintena de soldados australianos de élite fueran investigados por el presunto asesinato de 39 civiles fuera de las operaciones de combate en el país asiático entre 2005, año en que reforzó su presencia militar, y 2016, cuando se ordenó la investigación.
Al comentar el caso, el exsenador y fundador del Fondo de Justicia para los Informantes, Rex Patrick, dijo que "se trata de un día negro para la democracia en Australia" que deja a McBride "sin protección legal", según un comunicado del Centro Legal de Derechos Humanos.
"Australia pretende ahora encarcelar a la primera persona en relación con crímenes de guerra en Afganistán, salvo que no se trata de un criminal de guerra, sino de una persona que ayudó a sacarlos a la luz", lamentó por su lado Rawan Arraf, director ejecutivo del Centro Australiano para la Justicia Internacional, en el comunicado.
Australia llegó a desplegar hasta 1.500 soldados para operaciones de combate entre 2001 y 2014 en Afganistán, lo que se consideró como la mayor aportación militar de un país fuera de la Alianza Atlántica, y desde entonces mantiene reducidos destacamentos militares dedicados a labores de capacitación y entrenamiento. EFE
wat/grc/ah