São Paulo, 16 nov (EFE).- La mayor plataforma mundial destinada a la recuperación de ecosistemas, Restor, informó que recibirá hasta diciembre de 2025 un aporte de 1,9 millones de dólares de Google.org, la institución filantrópica de la gigante tecnológica, destinado al fortalecimiento de sus capacidades de actuación.
La compañía adelantó que esta subvención ayudará a desarrollar las funciones necesarias para visualizar la huella de cada proyecto, empresa u organización en la naturaleza, así como para el desarrollo del motor de búsqueda geoespacial y de la capacidad de integrar nuevos tipos de datos de seguimiento, como bioacústica, drones y ADN ambiental.
“Google.org apoya a Restor porque está democratizando todo tipo de datos medioambientales sobre todos los tipos de ecosistemas para una amplia red de proyectos de restauración, comunidades, científicos y organizaciones de todo el mundo”, detalló la plataforma a EFE.
“Nuestra misión es conectar los guardianes de la naturaleza a una red global de actores que pueden facilitar la protección y la restauración de la biodiversidad en todo el mundo”, añadió el CEO de Restor, Thomas Elliot, a través de un comunicado.
De acuerdo con un estudio realizado por el centro de investigaciones Crowther Lab da ETH Zürich, perteneciente a Restor, y publicado el pasado lunes por la revista especializada Nature, la restauración de bosques nativos podría recuperar su capacidad de almacenamiento de carbono, que presenta un déficit de 226 gigatoneladas (Gt).
Este dato supone un 30 % de la meta global de reducción de emisiones, por lo que el aporte financiero contribuirá con los esfuerzos en el combate a la crisis climática a través del empoderamiento de gobiernos, empresas y comunidades locales integrados a la red internacional de Restor.
Aunque los bosques “no pueden sustituir a la reducción de emisiones”, la conservación, restauración y gestión sostenible de bosques “ofrecen valiosas contribuciones para alcanzar los objetivos climáticos y de biodiversidad mundiales”, de acuerdo con la investigación publicada por Nature.
En ese sentido, se destaca Brasil, capaz de captar 39,2 gigatoneladas de CO2 si se recuperan sus bosques (12 % del total), seguido por Estados Unidos con 28,1 Gt (8,6 %), Rusia con 22,7 Gt (6,9 %) y China con 21,6 Gt (6,6 %), lo que “subraya la importancia de que las principales economías del mundo inicien una conservación y restauración forestal eficaces”.
Además, “dar prioridad a la conservación” de las cuencas de los ríos Amazonas (Suramérica), Congo (África) y Mekong (Sureste asiático), que “albergan algunos de los ecosistemas forestales más importantes para la vida, es esencial en el esfuerzo mundial por mitigar el cambio climático”.
Para ello, el fundador de Restor y uno de los autores del estudio, Thomas Crowther, señaló en un comunicado la importancia de los pueblos indígenas, responsables del 22 % de los bosques del mundo y de la protección de un 80 % de la biodiversidad.
“Los sistemas políticos y financieros deben promover y capacitar a estos administradores de la naturaleza” por su rol en la defensa de la humanidad contra el cambio climático”, sostuvo en el texto difundido por la consultora de comunicación Llorente y Cuenca, con la que EFE ha firmado un acuerdo para la distribución de este contenido.
El documento alerta también que, “hasta la fecha, los seres humanos han eliminado casi la mitad de los bosques naturales”, que todavía representan entre el 80 % y el 90 % de la biomasa vegetal mundial y gran parte de la biodiversidad terrestre de la Tierra.
“Seguimos perdiendo 0,9-2,3 Gt de carbono adicionales cada año (cerca de 15% de las emisiones anuales de carbono humano) debido a la deforestación”, advirtió el artículo.
El estudio, que combinó herramientas de monitoreo terrestre y por satélite para evaluar todos los tipos de ecosistemas en todos los países, demuestra que en las zonas en las que se han eliminado bosques, la diferencia entre las reservas forestales de carbono actuales y potenciales asciende a 189 Gt de carbono.
De esta diferencia, el 30 % puede atribuirse a las zonas de cultivo, el 28 % a las que experimentan actualmente baja presión antropogénica, el 23 % a los pastos, el 18 % a las praderas y el 1 % a áreas urbanas.