
Carlota Ciudad
Lisboa, 16 nov (EFE).- Afrontar el intenso ritmo de la Web Summit de Lisboa, una de las ferias tecnológicas más importantes del mundo, no es tarea fácil para nadie, pero un tobogán, una mesa de ping pong y un "flashmob" han sido algunas de las perlas ocultas que han ofrecido una breve vía de escape a los participantes.
Desde el lunes y hasta este jueves, la Web Summit ha congregado en el barrio lisboeta de Parque das Nações a más de 70.000 personas venidas de más de un centenar de países, todas ellas con el objetivo de descubrir las últimas tendencias del sector o hacer negocios, pero las horas de trabajo han pasado factura a los asistentes.
Por eso, la mesa de ping pong instalada en el centro de uno de los pabellones del recinto, aunque difícilmente perceptible entre los estands de las compañías, ha estado siempre rodeada de dos o tres personas haciendo cola para jugar.
"Esta es una oportunidad para moverte y relajarte un poco, ya que pasamos la mayor parte del día hablando de trabajo con otras personas. Uno necesita relajarse y disfrutar", explica en declaraciones a EFE Karem Chatti, cofundador de DeepVolt y que ha derrotado a varios contrincantes al ping pong.
Desde que descubrió la mesa el martes, todos los días ha dedicado unos minutos a este deporte que también juega en Túnez, donde vive. "Si hubiera evento el viernes también vendría", bromea.
La oferta de ocio también se puede encontrar en los propios puestos de las empresas, que saben que el entretenimiento tiene un potente poder de atracción en las personas.
Es el caso de la energética lusa EDP, que ha habilitado un tobogán que registra continuas colas de niños y adultos dispuestos a dejarse caer durante unos minutos y llevarse una foto para el recuerdo.
La canaleta, que tiene escrita sobre ella la frase "slide for innovation" (deslízate por la innovación), busca llamar la atención de todos los públicos y, al mismo tiempo, transmitir los objetivos de la compañía en su apuesta por la transición energética, dice a EFE la directora de Marca Global de la compañía lusa, Catarina Barradas.
"Creo que el objetivo está siendo más que superado", celebra Barradas, quien asegura que en un día se han llegado a tirar por el tobogán cerca de 800 personas.
No muy lejos de allí, My Nguyen, fundadora de The Confidance -especializada en organizar actividades para mejorar el rendimiento de los trabajadores por medio del baile-, intenta organizar un "flashmob" para promocionar su negocio y animar a los asistentes del evento.
Sin organización previa, logra que se sumen cerca de 30 participantes a las puertas de los pabellones, que aprenden una coreografía en apenas 10 minutos.
Roberta Ramos, brasileña y dueña de Îandé Special Projects, es una de las participantes de este baile, que define como "un soplo de aire fresco" entre las continuas actividades del congreso.
"Fue divertido y es una nueva oportunidad de hacer amigos", asegura.
Además del entretenimiento en toboganes, bailes y mesas de ping pong, otros participantes de la feria han buscado su propia forma de desconexión.
Por ejemplo, los visitantes han aprovechado para conocer a sus ídolos, ya que han participado celebridades como el DJ estadounidense Marshmello o el exfutbolista Roberto Carlos, a quienes han pedido múltiples fotografías; y tampoco ha faltado público en un espectáculo de magia.
En la zona de descanso, al aire libre, una de las asistentes utiliza la hora del almuerzo para hacer ganchillo en un banco, mientras que centenas de personas a su alrededor han optado estos días por colgar vídeos y fotografías en sus redes sociales.
Los cuatro días de la Web Summit de 2023, que se celebra en Lisboa desde 2016, concluyen este jueves en una edición que ha reunido a cerca de 2.600 empresas emergentes, aunque menos inversores que otros años, y a cerca de 70.000 personas de 160 países, según cifras de los organizadores.
Lisboa, 16 nov (EFE).- La inteligencia artificial (IA) puede servir para volver más eficientes tanto los sectores productivos como las artes, coincidieron este jueves varios expertos en la Web Summit de Lisboa, pero todavía es necesario marcar el sistema ético para que no se vulneren los derechos de las personas.
La clave está, defendieron en varias charlas, en un perfeccionamiento de la tecnología ya en funcionamiento, que logrará resultados más potentes.
Esta fue la principal bandera de Janet Adams, la directora de Operaciones de SingularityNET, una empresa centrada en desarrollar la "inteligencia general artificial" (AGI, por sus siglas en inglés) para lograr generar algoritmos que estén al nivel intelectual del ser humano.
Acompañada de Desdemona X, una androide de largo pelo lila diseñada por su compañía y que funciona con inteligencia artificial, espera lograr perfeccionar esta tecnología esta década y cambiar con ella las actuales estructuras de poder y financieras del planeta y mejorar la calidad de vida de las personas.
"Hay grandes problemas de desigualdad estructural en nuestro planeta y los humanos no los están solucionando. Mi gran esperanza es que los robots y la AGI puedan traer un mayor nivel de ética y de consideración para las necesidades de los otros, para que las tecnologías del futuro sirvan a las necesidades de la mayoría", expuso Adams.
Para alcanzarlo, continuó, es necesaria una "regulación clara" y descentralizar la inteligencia artificial, para que se nutra de la mayor cantidad de gente posible, "de todas las razas, países, edades, orientaciones sexuales, géneros", que alimenten al algoritmo "con ética y normas de todas las partes del mundo".
Otro sector en el que también destacaron el componente ético es en la aplicación de la IA en la producción de las industrias creativas.
El especialista Matthew Blakemore señaló que la inteligencia artificial sirve a las empresas del entretenimiento para mejorar sus beneficios con el diseño de mejores ofertas de consumo, pero matizó que existen dudas sobre cuál es el límite en la recolección de datos de los usuarios para diseñarlas o el riesgo que supone para los empleos del sector.
"Si pensamos en las preocupaciones éticas, la cuestión que no recibe luz verde aquí es hasta qué punto llegar en la recopilación de datos personales para realizar recomendaciones", apuntó.
Este dilema también se aplica a la producción en las películas, ya que con la inteligencia artificial y el diseño digital pueden modificar las acciones de los actores en cámara sin que los propios profesionales actúen, ejemplificó.
"Hay algún escepticismo en la calidad de estas herramientas en el largo plazo y está la preocupación ética, así como la potencial pérdida de empleos que podríamos ver ahí", reconoció.
Asimismo, recordó el riesgo de alimentar a la inteligencia artificial con un solo tipo de fuente, puesto que puede transmitir estereotipos erróneos.
"Necesitas ser realmente cuidadoso con la información que usas para entrenar estos modelos y tienes que tener un comité de ética que realmente mire en detalle los posibles sesgos que puedan aparecer", resumió.
Pese a sus advertencias, consideró que la gente "no tiene que necesariamente ver la IA como algo negativo", sino como "una pincelada" en el proceso creativo de los seres humanos para potenciar la carrera profesional de las personas y mejorar la calidad de contenidos.
La Web Summit de Lisboa, que se celebra en la capital lusa desde 2016, concluye este jueves tras cuatro frenéticas jornadas que han reunido a cerca de 2.600 empresas emergentes, aunque menos inversores que otros años, y a cerca de 70.000 personas de 160 países, según cifras de los organizadores.