San Francisco (EE.UU.), 15 nov (EFE).- El presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, dieron por terminada este miércoles su reunión en la bahía de San Francisco, que ha durado más de cuatro horas.
El encuentro se produjo en una mansión conocida como 'Filoli', que sirvió de imagen a la popular serie televisiva 'Dinasty' (Dinastía) y se ubica en la localidad de Woodside, a unos 40 kilómetros del centro de San Francisco.
Aún no se conoce el contenido de la cita, aunque Biden tiene previsto dar una rueda de prensa a las 16:15 hora local (00:15 GMT del jueves).
Según la Casa Blanca, la reunión terminó sobre las 15:30 hora local (23:30 GMT) después de unas cuatro horas.
El encuentro empezó pasadas las 11:15 hora local (19:15 GMT) con un apretón de manos entre los dos líderes, que posaron sonrientes ante las cámaras de televisión que buscaron inmortalizar el momento.
Posteriormente, ya dentro de la mansión, hicieron unas declaraciones iniciales en las que reafirmaron su deseo de restablecer las líneas de comunicación para que un incidente arbitrario no desemboque en una crisis de consecuencias impredecibles.
También compartieron un almuerzo juntos y dieron un paseo por los jardines de la mansión, de unas seis hectáreas de extensión e inspirados en el Renacimiento inglés La prensa pudo presenciar ese paseo por los jardines de los dos líderes. Un periodista preguntó a gritos cómo había ido la reunión, ante lo que Biden respondió "bien" y levantó el pulgar en signo de todo en orden, mientras que Xi saludó con la mano a los reporteros.
Este cara a cara, en los márgenes de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, en inglés), es el primero en un año entre los dos líderes tras el que mantuvieron durante unas tres horas en noviembre de 2022 en Bali (Indonesia) durante la cumbre del G20.
Ambos mandatarios no han mantenido ningún tipo de comunicación formal, ni siquiera una llamada telefónica, desde Bali.
San Francisco (EE.UU.), 15 nov (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo de China, Xi Jinping, reafirmaron este miércoles su deseo de tener una conversación "franca" al inicio de su reunión cerca de San Francisco, el primer intercambio que tienen desde hace un año.
Biden fue el primero en intervenir para dar la bienvenida a Xi, en su primer viaje a EE.UU. desde 2017 y quien acudió al encuentro acompañado de miembros de su gobierno que se sentaron frente a la delegación estadounidense en una mesa rectangular.
"No siempre hemos estado de acuerdo, lo que no es una sorpresa para nadie, pero nuestras reuniones siempre han sido francas, directas y útiles", empezó Biden, considerando que es de "suma importancia" que haya contacto directo entre las dos potencias.
El encuentro, que tiene lugar un día antes de que empiece la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en San Francisco, es el primero en un año entre los dos líderes después del que mantuvieron durante unas tres horas en noviembre de 2022 en Bali (Indonesia) en paralelo al G20.
Los dos líderes no han mantenido ningún tipo de comunicación formal, ni siquiera una llamada telefónica, desde Bali.
Ante esa situación, Biden aprovechó para enfatizar que es crucial que él y Xi puedan comunicarse "de líder a líder" sin "malas comunicaciones o malentendidos".
"Debemos asegurarnos de que la competencia no se desvía hacia el conflicto. Siempre tendremos que gestionar la competencia de manera responsable. Eso es lo que Estados Unidos desea y lo que tenemos la intención de hacer. También es lo que el mundo espera de nosotros, un intercambio franco", afirmó el líder estadounidense.
En respuesta, Xi expresó su deseo de tener un "intercambio profundo de ideas" con Biden y consideró que hay espacio suficiente en el mundo para las dos potencias.
"El planeta Tierra es lo suficientemente grande como para que los dos países tengan éxito. El éxito de uno supone una oportunidad para el otro", sostuvo.
Además, Xi incidió en la visión de China de que la "competencia" entre Washington y Pekín no es útil para superar los desafíos actuales que enfrenta el mundo y recalcó que los dos países deben trabajar juntos.
"Para dos grandes países como China y Estados Unidos, darse la espalda mutuamente no es una opción. No es realista que una parte cambie a la otra, y el conflicto y la confrontación tienen consecuencias insoportables para ambas", subrayó.
Ninguna de las dos partes anticipa importantes acuerdos, pero sí han dejado claro que su objetivo es reabrir las líneas de comunicación en diferentes áreas para evitar que la competencia entre las dos potencias desemboque en un conflicto abierto.
La reunión tiene como escenario una mansión conocida como "Filoli", que sirvió de imagen a la popular serie televisiva “Dinasty” (Dinastía) y está ubicada en la localidad de Woodside, a unos 40 kilómetros del centro de San Francisco.
Después del encuentro, se espera que cada parte saque su propio comunicado con las conclusiones y, además, Biden tiene previsto dar una rueda de prensa.
San Francisco (EE.UU.), 15 nov (EFE).- En la reunión entre los presidentes de Estados Unidos y China, Joe Biden y Xi Jinping, no hay detalle que se haya dejado a la improvisación.
Durante meses, ambas partes negociaron minuciosamente cada aspecto, desde el ángulo en el que iba a ser filmado Xi hasta la vista desde la ventana de su vehículo mientras transitaba por las calles de San Francisco, dijeron a EFE fuentes familiarizadas con la planificación del evento.
Incluso el lugar del encuentro, el primero de los dos líderes en un año, se mantuvo en secreto hasta solo horas antes de que se produjera. La Casa Blanca durante días se había limitado a decir que se trataba de un lugar en la bahía de San Francisco, una extensa área que incluye varias zonas urbanas.
La ubicación seleccionada para el cara a cara fue la mansión campestre "Filoli", situada a unos 40 kilómetros de San Francisco y reconocida por ser uno de los escenarios de la serie ‘Dynasty’ (Dinastía), marcada por la competencia entre los clanes millonarios Carrington y Colby por el control del sector petrolero global.
La mansión fue elegida por su discreción: está rodeada por aproximadamente seis hectáreas de jardines inspirados en el Renacimiento inglés y estos, a su vez, se encuentran en un terreno de otras 260 hectáreas, por lo que la privacidad está asegurada.
De esa forma, las dos partes se garantizaban que Biden y Xi pudieran hablar con tranquilidad, sin tener ni siquiera que ver a los manifestantes que han emergido en los últimos días en las calles de San Francisco con consignas en defensa de los derechos humanos en China, pero también con otros reclamos en favor de la defensa del medioambiente o contra la guerra en Gaza.
La parte china fue especialmente exigente en sus requisitos para que Xi no tuviera que ver esas protestas ni siquiera cuando se desplazara en auto por San Francisco, indicaron a EFE las citadas fuentes familiarizadas con la planificación del evento.
En lugar de manifestantes, es probable que Xi solo vea desde su vehículo banderas chinas que aparecieron este miércoles por la mañana colgadas en las vallas que rodean el centro de convenciones Moscone, escenario de la semana de alto nivel del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en San Francisco, que concluirá el viernes.
La reunión, de hecho, podría haberse celebrado en ese centro de convenciones, donde esta semana ya se han reunido algunos ministros de las 21 economías de la APEC.
Sin embargo, las insípidas salas del recinto no eran suficiente para un encuentro de estas características, en el que ambos líderes buscan reforzar su imagen a nivel doméstico y también internacional, demostrando al mundo que pueden verse cara a cara con uno de sus mayores contrincantes.
Todos los aspectos de la cumbre fueron objeto de debate, desde el lugar del encuentro hasta la agenda, pasando por el menú de la comida de trabajo que compartirían los dos líderes.
La Casa Blanca no ha revelado ningún detalle sobre la comida, y al ser preguntado al respecto este miércoles, el portavoz John Kirby respondió con cierta sorna: "No sé ni lo que voy a comer yo, no tengo tantos detalles".
Biden y Xi mantienen una larga relación personal, ya que se conocieron cuando ejercían como vicepresidentes de sus respectivos países.
En 2011, cuando Xi parecía destinado a convertirse en el próximo líder de China, Biden viajó al país asiático para conocerlo, ambos compartieron varias cenas en distintos lugares de China y juntos visitaron un instituto afectado por un terremoto en 2008.
Xi recordó esa visita este miércoles en las declaraciones al inicio de la reunión y dijo: "Todavía recuerdo nuestras interacciones de entonces de manera muy vívida y siempre me provocan muchas reflexiones".