Nueva York, 15 nov (EFE).- El sindicato Starbucks Workers United (SWU), que con 9.000 miembros es el mayoritario en la popular cadena de cafeterías, convocó para el jueves una huelga nacional que coincide con el 'Red Cup Day', uno de los picos de ventas de la marca que consiste en regalar vasos rojos con motivos navideños.
La huelga fue llamada 'Red Cup Rebellion' y se convoca en protesta porque la compañía se niega a sentarse con el sindicato a discutir cuestiones relacionadas con horarios, contrataciones, salarios y pausas en el trabajo.
Como parte de la jornada de lucha, los sindicalistas proyectan hacer piquetes en la puerta de las mismas cafeterías, visitar otras donde aún no se ha formado una sección sindical -pues en cada local se necesitan al menos la mitad más uno de los empleados- y desconectar sus teléfonos para recoger pedidos, un detalle importante en una cadena que cada vez depende más de los encargos a través de la aplicación.
El sindicato contesta así a las ofertas de la empresa, que el pasado 6 de noviembre hizo públicas mejoras para sus "socios" -calificativo que Starbucks usa para sus empleados-: un salario medio de 17,50 dólares por hora, posibilidad de pedir vacaciones a los tres meses de la contratación y financiación de planes de estudio, entre otras cosas.
Starbucks se negó durante décadas a admitir la sindicalización, pero en diciembre de 2021 los empleados de un café del norte del estado de Nueva York ganaron el pulso y crearon su primer sindicato; al poco, el proceso se extendió por todo el país y ahora son ya 360 locales con célula sindical y 9.000 afiliados, según las cifras del SWU.
La semilla sembrada por el SWU ha comenzado a notarse en otros negocios del sector ajenos a la cadena, y así, una cafetería llamada Hex&Co, que tiene como particularidad ser un salón informal de juegos de mesa y que cuenta con tres locales en Nueva York, se sumó desde el martes al movimiento y los empleados de una de ellas lograron crear un sindicato por abrumadora mayoría (50-16).
Al igual que Starbucks, Hex&Co se presenta como una compañía de valores "progresistas", supuestamente concienciada con cuestiones de género y raza, o con el cambio climático, pero se han opuesto ferozmente a la actividad sindical, señalando así las paradojas del nuevo progresismo corporativo del siglo XXI.