Santiago de Chile, 14 nov (EFE).- La Directora Regional del Fondo de Población de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (UNFPA), Susana Sottoli, advirtió hoy a los países de la región de la necesidad de seguir avanzado en el desarrollo del Consenso de Montevideo y advirtió sobre el peligro de retroceder en un proyecto que colocó al continente en la vanguardia de la defensa de las poblaciones afrodescendientes e indígenas, y de los derechos sexuales y reproductivos de mujeres adolescentes.
En una entrevista con Efe, la diplomática argentina recordó que privilegiar políticas que eviten agresiones sexuales, embarazos no deseados, muertes durante el parto, abandono escolar, exclusión de comunidades y que impulsen derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y su futuro benefician el desarrollo económico y social.
"En estos diez años, con sus altibajos, porque la región ha evolucionado, cambiado en su configuración política y geopolítica, se han hecho avances, sobre todo al nivel de la arquitectura normativa de leyes, de programas que encarnan esta visión también de inversión en (cuestiones) sociales, en sistemas de salud fortalecidos, en sistemas de protección social y sobre todo, en la visibilización de las demandas", argumentó.
En este contexto, destacó el progreso en temas de mortalidad materna, ya que en su opinión "refleja la pobreza, la desigualdad", aunque "lamentablemente una multiplicidad de crisis, entre ellas la sanitaria de la Covid, ha significado retrocesos que han dejado a esta región en indicadores que casi corresponden a décadas atrás".
"Tenemos una situación en donde todavía mueren muchas mujeres en Latinoamérica y el Caribe, en una circunstancia que debiera ser un milagro de la vida, una alegría familiar, personal, de pre-parto, parto y posparto", lamentó, sumando otras dos problemáticas: el embarazo adolescente, no deseado o no planeado, y "las situaciones graves de violencia de género en todas sus formas que atentan contra la integridad y la posibilidad de las mujeres y las jóvenes adolescentes de desarrollarse plenamente".
"Creemos que las desigualdades de género que implican situaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres tienen mucho que ver con la falta de autonomía corporal, financiera y política de las mujeres, que lleva a que las mujeres y las jóvenes no tengan derechos y opciones acerca de sus cuerpos y sus capacidades de reproducción y prosperidad", explicó.
Una desigualdad que impacta negativamente en el desarrollo de las sociedades, ya que obstaculizan la llegada de las mujeres jóvenes al mercado laboral y facilitan el envejecimiento poblacional y de la clase trabajadora, golpeando indicadores económicos como el PIB.
IMPACTO ECONÓMICO
"Sabemos que el ingreso no es una variable suficiente para entender la dinámica social, pero sin embargo es un indicador. Nos indica que probablemente exista una riqueza que no está bien distribuida", afirma.
"Temas de salud sexual y reproductiva, de derechos sexuales y reproductivos, son temas que están al centro del desarrollo. Un ejemplo, el costo de oportunidad del embarazo adolescente calculado en diez países de esta región es equivalente a 0.38% del PIB", una pérdida significativa cuando los valores de crecimiento rondan el 1 o 2%.
En este contexto, Sottoli admite que existe un problema educativo, un fallo en las barreras de protección de las mujeres, como la familia, la escuela, el entorno social y cultural, o la seguridad financiera, pero apunta a la responsabilidad de los gobiernos y del sector privado a la hora de privilegiar políticas en esta dirección.
Subrayó que se habla mucho de los jóvenes como el futuro, "pero su presente es ahora y por tanto, la inversión en educación, en salud, en sistemas de protección social es clave".
"Lamentablemente, como sabemos, cuando existen espacios fiscales constreñidos, cuando las economías de los países tienen o ponen a los gobiernos en las disyuntivas de establecer prioridades, lamentablemente a veces son los recortes en los presupuestos sociales los primeros, y debiera ser realmente al revés, es proteger, invertir para poder, digamos, tener esta proyección en términos sociales", recalcó.
PELIGRO DE RETROCEDER
A este respecto, destacó que aunque en Latinoamérica y el Caribe se ha avanzado normativamente más que en otras zonas "también observamos retrocesos de la región en países en donde probablemente había derechos establecidos".
Una regresión que podría acentuarse por dos nuevos peligros: la polarización y politización que sacude el mundo, y la desinformación a través del ágora púbica, en particular las redes sociales.
"Esto significa mucha desinformación, mucha, mucha confusión y esto observamos que es parte de lo que está pasando. Hay intereses obviamente muy establecidos y posiciones diversas. Desde nuestra posición como Naciones Unidas, como fondo de Población, tenemos claridad acerca de cuál es el mandato que tenemos, que tiene que ver con la protección, promoción y defensa de los derechos humanos en todas sus categorías", concluyó.