Madrid, 13 nov (EFE).- La península islandesa de Reikjanes, donde es posible una próxima erupción, es un sistema volcánico con cierta periodicidad y cada 800 años se produce un episodio de mayor actividad. Además, tiene similitudes con las llamadas dorsales volcánicas de Canarias (España), como el volcán de Cumbre Vieja, que entró en erupción en septiembre de 2021 y se prolongó durante 85 días.
Las autoridades islandesas declararon el sábado la situación de emergencia y evacuaron de forma preventiva la ciudad de Gindavík (suroeste) ante el gran número de terremotos y los indicios de que una cantidad considerable de magma se está desplazando en la zona cercana a la superficie.
El volcanólogo Pablo González indicó a EFE que en Reikjanes, donde hay un vulcanismo muy activo, existe una zona de mucha debilidad, como en el volcán Cumbre Vieja (La Palma), que se extiende a lo largo de quince kilómetros, una parte en tierra y otra en el mar.
El volcán Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma, registró numerosos enjambres sísmicos en 2021, eventos que conllevan la localización de un mínimo de 10 terremotos en un periodo relativamente corto.
González, investigador del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IPNA-CSIC), indicó que ese sistema puede producir erupciones basálticas fisurales alimentadas por diques de magma, aunque en Islandia son de mayor tamaño que las dorsales volcánicas en Canarias.
En la zona donde podría producirse la erupción no existe un volcán central, sino que este es, en realidad, un área muy extensa en la península con pequeñas fracturas, en la que ya han existido episodios eruptivos en los últimos tres años y este "podría ser otro".
El investigador consideró que, de producirse la erupción, “el escenario más probable” es que sea de características similares a las de los dos últimos años en Islandia, que “en algunos momentos y salvando las distancias entre Islandia y Canaria”, comparten algunas características.
Entre ellas, enumeró que son erupciones basálticas que tienen mecanismos de estrombolianos, es decir, que generan un cono, a partir del cual suele haber fisuras que alimentan colas de lava, que se extienden hacia las zonas de menor topografía.
Sin embargo, el volcanismo de Islandia suele ser mucho más voluminoso, con erupciones que pueden extenderse sobre un área más amplia que en Canarias, pero habrá que esperar a ver “cómo se desenvuelve la situación y si termina habiendo erupción”.
La península islandesa de Reikjanes tiene una “peculiaridad”, señaló González, pues es un área “que parece tener una cierta ciclicidad. Cada 800 años se produce un periodo de mayor actividad, tras lo que vuelve a entrar en una etapa con actividad volcánica eruptiva más pequeña”.
Los científicos islandeses han identificado que se está reactivando este segmento de placas entre América y Europa y, “dentro de lo complicado que es hablar del futuro” -dice- se pueden esperar más erupciones durante la próxima década.