Pekín, 9 nov (EFE).- Un estudio conjunto de científicos chinos y estadounidenses determinó que el calentamiento global y los eventos climáticos extremos asociados a este fenómeno están dando ventajas a las especies invasoras para establecerse y multiplicarse en otros hábitats.
Los investigadores, pertenecientes al Laboratorio de Ecología Animal y Conservación de la Academia China de Ciencias y la Universidad de Notre Dame (estado de Indiana), concluyeron que los animales no nativos de una zona son menos sensibles a fenómenos como las olas de calor y frío, tormentas, inundaciones y sequías.
La investigación fue publicada esta semana en la revista Ecología Natural y Evolución, recoge ejemplos a nivel global y se suma a estudios previos que afirmaron que las especies invasoras animales y vegetales superan a las nativas en tasas de crecimiento, capacidad competitiva, tolerancia a los fenómenos ambientales y capacidad de recuperación.
En ella se citan casos como el del estuario del río Miño, en Portugal, donde el número de peces nativos disminuyó tras sequías extremas e inundaciones, y las especies invasoras se convirtieron en predominantes.
También en la bahía de Sebastopol, en el norte del Mar Negro, los crustáceos de especies no nativas mostraron más resistencia que los de las nativas frente a olas de calor marinas.
Los científicos chinos y estadounidenses analizaron 450 estudios sobre las respuestas de 1.800 especies nativas y unas 190 invasoras de hábitats terrestres, marinos y fluviales a fenómenos meteorológicos extremos.
La conclusión fue que los segundos se adaptan, resisten y recuperan mejor de esos eventos, en especial en el caso de los ecosistemas terrestres y de agua dulce.
Por ecosistemas, el estudio señala que todos los animales marinos -nativos e invasores- soportan bien los fenómenos extremos, aunque algunos moluscos, corales y anémonas -todos nativos- se ven afectados por las olas de calor.
En el caso de las especies terrestres, se concluyó que lo que más afecta a las invasoras son las olas de calor, en tanto a las nativas también les dañan las olas de frío y la sequía; en las especies de agua dulce, las tormentas afectan a las invasoras, mientras que a las especies nativas les perjudica todo menos las olas de frío.
Otro de los hallazgos destacados es la identificación de áreas en las que se dan con cierta frecuencia eventos meteorológicos extremos a los que las especies invasoras presentes muestran una alta tolerancia.
Entre los ejemplos citados se encuentran el Mediterráneo, Asia Central, el sur de Australia y el Sudeste Asiático en el caso de las inundaciones y sequías, y el oeste y sureste de Estados Unidos, el sur de Brasil y del Mediterráneo y Sudáfrica, entre otras regiones, en lo referente a las olas de calor.
“Nuestro análisis puede facilitar la creación de esquemas de prevención temprana contra las invasiones biológicas y el cambio climático y mejorar el desarrollo de políticas sostenibles en la era del cambio global”, señaló el equipo en la publicación.