Antonio Broto
Ginebra, 8 nov (EFE).- La Organización Meteorológica Mundial (OMM) anticipó hoy que el actual fenómeno climático de El Niño, que suele ir ligado a una subida de las temperaturas, continúe al menos hasta abril de 2024 y que por tanto el próximo año sea aún más cálido que 2023, ya encaminado a batir los récords de calor.
En su actualización periódica sobre el fenómeno, la organización con sede en Ginebra adelanta que El Niño, que suele durar entre nueve y doce meses y comenzó a mediados de 2023, "contribuirá a un aumento aún mayor a las temperaturas tanto en la superficie terrestre como en los océanos".
El Niño, un fenómeno que se produce de forma periódica pero irregular (con intervalos de entre dos y siete años), "impacta en la temperatura global especialmente al año siguiente al de su desarrollo, en este caso en 2024", señaló en el informe el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
"Como resultado de temperaturas récord en la superficie y los océanos desde junio, 2023 va en camino de ser el año más cálido del que se tiene registro, pero el próximo será aún más cálido", advirtió el experto finlandés.
Taalas recordó que esto no sólo se debe a la influencia de El Niño sino también al calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad humana.
"Fenómenos extremos tales como olas de calor, sequías, incendios, lluvias torrenciales e inundaciones aumentarán en algunas regiones, causando grandes impactos", predijo Taalas, quien pidió ante ello continuar implementando el programa de la OMM para universalizar los sistemas de alerta temprana ante estos desastres climáticos.
Según la OMM, este año El Niño se desarrolló rápidamente entre julio y agosto, alcanzó una fuerza moderada en septiembre y se espera que alcance su pico de fuerza entre noviembre y enero, con un 90 % de posibilidades de que persista durante todo el invierno boreal (verano austral).
Después, se espera que disminuya en potencia durante la primavera en el hemisferio norte, señala la OMM utilizando datos de previsiones meteorológicas y expertos de todo el mundo.
El fenómeno de El Niño se inicia con un aumento de las temperaturas del océano Pacífico en sus zonas central y oriental, y su opuesto es La Niña, asociado a una bajada de temperaturas global y que durante su pasado periodo de influencia tuvo una duración excepcionalmente larga de tres años (2020-2022).
A falta de que se confirme 2023 como el año más cálido del que se tienen datos, por ahora el que ostenta ese récord es 2016, que también estuvo influido por el fenómeno de El Niño, exacerbado por el cambio climático.
Desde mayo, cuando la temperatura media de las aguas del Pacífico comenzó a subir (medio grado en comparación con la media entre 1991 y 2020) se han alcanzado ya elevaciones promedio de 1,5 grados en septiembre.
Geográficamente, los expertos consultados por la OMM esperan que las temperaturas aumenten con El Niño en casi toda la superficie terrestre, pero con mayores probabilidades al sur del paralelo 40 norte (línea imaginaria que atravesaría España por su parte central).
También es especialmente probable un aumento de las temperaturas al norte del paralelo 65 septentrional, ya próximo al Círculo Polar Ártico, y en gran parte del hemisferio sur, subraya la OMM.
El impacto de El Niño en las precipitaciones varía según la región, y así el informe predice lluvias superiores a la media en zonas como el Cuerno de África, las cuencas del Paraná y el Río de la Plata en Sudamérica, y partes de Norteamérica, Asia central y oriental.
Por el contrario, se podrían esperar precipitaciones inferiores a la media en buena parte de Sudamérica, o en el Pacífico sur (incluyendo Australia, Indonesia y Filipinas).