Boluarte nombra como canciller de Perú a un internacionalista crítico con la CIDH

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Lima, 7 nov (EFE).- La presidenta de Perú, Dina Boluarte, nombró este martes como ministro de Relaciones Exteriores al internacionalista Javier González-Olaechea, quien se manifestó en contra del informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre las protestas antigubernamentales, en reemplazo de la renunciante Ana Cecilia Gervasi.

La jefa de Estado tomó el juramento a González-Olaechea este martes en el Palacio de Gobierno, un día después de la renuncia de Gervasi por el frustrado encuentro de Boluarte con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en su reciente visita a Washington.

"Sí, juro, por Dios y por la patria", expresó el nuevo integrante del gabinete al aceptar el cargo, hincado frente a un crucifijo, durante el acto de juramentación presidido por la mandataria.

El segundo canciller en lo que va del Gobierno de Boluarte es un experto en gobierno, catedrático, exasesor ministerial y exdirector de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre otros cargos.

En mayo pasado, González-Olaechea escribió una columna de opinión en la que tildó el informe de la CIDH, emitido a raíz de las denuncias de violencia de las fuerzas del orden contra los manifestantes antigubernamentales, de ser un "recuento selectivo e impregnado de apreciaciones políticas".

Agregó que la CIDH viola el principio de inocencia de los uniformados cuando afirma que pudo haber "ejecuciones extrajudiciales" y una "masacre" en la represión de las protestas contra Boluarte a inicios de este año.

En otra columna, el nuevo canciller había sugerido la suspensión o la inhabilitación del cargo de Boluarte, cuando se desempeñaba como vicepresidenta del entonces presidente Pedro Castillo (2021-2022), destituido tras su intento de golpe de Estado el 7 de diciembre del año pasado.

Previo a la juramentación de González-Olaechea, se leyó la resolución que acepta la renuncia de Gervasi en presencia de la misma exministra en el salón dorado del Palacio de Gobierno.

Luego, la excanciller se acercó a despedirse de la jefa de Estado y a saludar a su sucesor en la cartera de Relaciones Exteriores.

En su carta de renuncia, Gervasi expresó "su profundo agradecimiento" a Boluarte y aseguró que ejerció su cargo "con la mayor dedicación y profesionalismo y con la satisfacción de haber podido servir" a su país.

Previamente, la ministra había respondió a las críticas y la petición de información que hicieron congresistas de diversas bancadas luego de la fallida reunión con Biden, que algunos consideraron que no había sido pactada.

Así como la canciller, el embajador de Perú en Estados Unidos, Gustavo Meza Cuadra, también presentó el lunes su renuncia al cargo en una carta dirigida a Gervasi debido a la frustrada reunión entre Boluarte y Biden.

En la misiva, Meza Cuadra expresó que lamenta la situación que se ha generado en Perú en torno a la anunciada reunión de Boluarte con Biden, en el marco de la Cumbre de Líderes de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP), realizada en Washington.

Lima, 7 nov (EFE).- La fallida reunión de la presidenta de Perú, Dina Boluarte, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, así como la posterior dimisión de la excanciller Ana Gervasi, entre otros acontecimientos, suponen "una ofensa" a la tradición diplomática peruana, afirmó este martes a EFE el exministro de Relaciones Exteriores Manuel Rodríguez Cuadros.

"La Cancillería peruana tiene más de 150 años de institucionalidad profesional. Probada. Pero la política exterior la decide el Gobierno, el nivel político de la gestión de la política exterior (...) En este caso, la inverosímil situación que se ha producido y que ofende la tradición de la diplomacia profesional peruana, es responsabilidad de ese nivel político", aseguró Rodríguez Cuadros.

El diplomático, que fue canciller bajo el Gobierno de Alejandro Toledo, de 2003 a 2005, y con una dilatada trayectoria diplomática, afirmó que se ha incrementado el factor político a la hora de tomar decisiones en materia de relaciones exteriores, cuando la política exterior tendría que responder a los intereses nacionales.

"En este caso (a la política exterior) se ha subordinado a intereses de política interna muy puntuales y coyunturales y además basados en el error. Creo que todos los viajes al exterior de la presidenta y toda la actividad externa del Gobierno ha estado dirigido al interés de obtener el reconocimiento internacional de la presidenta y el Gobierno", señaló Rodríguez.

Algo que, según sus palabras, explica "la lamentable concepción del viaje-foto (con Biden) que ha desembocado en una verdadera crisis diplomática".

Agregó que esta búsqueda de reconocimiento "supone un desconocimiento muy elemental de las relaciones diplomáticas".

Sobre la ausencia de Boluarte al inicio de la visita de la princesa Kako de Japón en su visita a Perú, indicó que es un ejemplo de esta crisis.

"Es una expresión adicional de la crisis de la diplomacia que vive el Perú. Las relaciones del Perú con el Japón son de la mayor importancia y esa visita dado además el régimen político y constitucional del Japón presenta la mayor relevancia. Espero que esto se pueda corregir con la altura requerida", dijo.

Y en cuanto al tenso vínculo que los mandatarios de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Colombia, Gustavo Petro, mantienen con Boularte, Rodríguez Cuadros indicó que la diplomacia debe servir para normalizar las relaciones

"Con México y Colombia hay que normalizar las relaciones. La diplomacia está para eso. Y creo que los intereses nacionales de los tres países se pueden considerar adecuadamente en consultas y negociaciones, que dejen la impronta agria de estos meses y se abran los espacios para retomar una amistad y cooperación histórica que nunca se debió comprometer", sostuvo.

Para superar esta crisis el excanciller aseguró que el país debe abandonar la política interna de no respaldar activamente las investigaciones sobre las ejecuciones extrajudiciales y otras graves violaciones a los derechos humanos de diciembre y enero, y nombrar una comisión independiente.

También "diferenciarse de toda iniciativa de debilitamiento de la institucionalidad democrática y defender esta" y nombrar a un canciller "competente y retornar a las pautas históricas de la diplomacia peruana".

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