Pekín, 2 nov (EFE).- Los restos del ex primer ministro chino Li Keqiang fueron cremados hoy en Pekín, tras una ceremonia a la que asistió el presidente del país, Xi Jinping, y varios miembros de la cúpula del Partido Comunista de China (PCCh).
La incineración y el acto tuvieron lugar en el Cementerio Revolucionario de Babaoshan, en la capital, donde al igual que en todos los edificios oficiales de China las banderas ondean hoy a media asta en tributo a Li, fallecido a los 68 años el pasado 27 de octubre en Shanghái a causa de un infarto.
Xi llegó al salón de actos del cementerio a primera hora de la mañana acompañado de su esposa, Peng Liyuan, y junto a otros dirigentes “permaneció en pie en silencio solemne, caminó despacio hasta los restos de Li para rendir tributo y se inclinó tres veces”, informó la agencia oficial Xinhua.
Después, saludó con un apretón de manos a la familia del ex primer ministro, a la que ofreció el pésame.
Junto con Xi, pasaron por el lugar el primer ministro y sucesor de Li, Li Qiang; el presidente de la Asamblea Nacional Popular, Zhao Leji; el vicepresidente, Han Zheng; el viceprimer ministro, Ding Xuexiang; y el jefe del Consultivo, Wang Huning, entre otros.
Aunque no se trató de un funeral de Estado como el que reciben los expresidentes chinos, el acto tuvo carácter solemne, con música fúnebre de fondo y un gran estandarte negro en el que se leía con letras blancas “profundo luto por el camarada Li Keqiang”.
Bajo la pancarta, un retrato del fallecido y los restos de Li, cubiertos por una bandera del PCCh y rodeados de flores y ramas de ciprés entre las que destacaba una corona enviada por el expresidente Hu Jintao, muy cercano al ex primer ministro.
En el acto Li fue alabado como “un excelente miembro del partido, un leal soldado comunista y un destacado revolucionario proletario, hombre de Estado y líder del Estado y del Partido”.
El protocolo para el funeral es equiparable al seguido tras el fallecimiento en 2019 de Li Peng, también ex primer ministro.
En el jerárquico sistema de formalidades de China, solo los líderes de mayor rango, como el expresidente Jiang Zemin, que recibió un funeral de Estado en diciembre del año pasado, tienen derecho a los máximos honores.
En la red social Weibo, similar a X (antes Twitter) -bloqueado en China-, los mensajes de condolencia y los comentarios en respuesta a publicaciones oficiales sobre la muerte de Li han estado sometidos desde los minutos posteriores al deceso del expolítico a un intenso control.
La etiqueta ('hashtag') en Weibo sobre el funeral de Li superó los 220 millones de visualizaciones el jueves a los pocos minutos de su publicación, convirtiéndose en tendencia dentro de la plataforma, aunque la sección de comentarios de algunas publicaciones, sobre todo aquellas sin vinculación gubernamental, quedaban invisibles tras haber sido sometidas a un "filtro" o "selección", según la red social.
Los fallecimientos de antiguos líderes del país suelen ser momentos de tensión para el aparato estatal chino, ya que en el pasado las vigilias y el luto de varios funcionarios sirvieron en ocasiones de catalizador para el descontento, cristalizando en protestas.
Li lideró el Ejecutivo chino entre 2013 y 2023, un período en el que se mantuvo a la sombra de Xi.
Cuando llegó al cargo de primer ministro, se esperaba que Li, perteneciente al ala más liberal del aparato, diera un empujón a la apertura y reforma económica de China, pero su labor y capacidad de maniobra se vieron progresivamente limitadas y cada vez más opacadas por el creciente poder de Xi.