Nueva York, 2 nov (EFE).- El alcalde de Nueva York, Eric Adams, canceló este jueves a última hora y sin dar explicaciones varias reuniones que tenía programadas en la Casa Blanca para abordar la crisis migratoria en la ciudad y el estado, que han acogido más de 130.000 personas en el último año y medio.
Adams publicitaba el viaje a Washington DC en sus redes sociales esta mañana, explicando que iba a tratar "el problema real de los solicitantes de asilo" con funcionarios del Gobierno y representantes de la Cámara de Representantes y el Senado, y que lo haría junto a otros alcaldes en situación parecida.
No obstante, la oficina del alcalde envió una actualización que cancelaba esa agenda poco antes de que comenzaran las reuniones, e indicaba simplemente que serán "reprogramadas tan pronto como sea posible".
Adams iba a estar acompañado de los alcaldes de Chicago, Brandon Johnson, y Denver, Mike Johnston -todos ellos del Partido Demócrata-, ciudades que también han recibido un gran flujo de inmigrantes en los últimos meses; sin embargo, no está claro si estos han continuado con la agenda.
Un portavoz de la Alcaldía dijo a medios locales que Adams tuvo que volver a Nueva York esta mañana "para lidiar con un asunto", pero se desconoce si es personal o tiene que ver con la ciudad.
Las reuniones de Adams en la Casa Blanca de hoy hubieran sido las primeras de carácter formal con funcionarios del Gobierno, y se producían después de que este y otros alcaldes pidieran hace menos de una semana una reunión urgente con el presidente, Joe Biden, para reclamar más ayuda federal en la crisis.
Desde la primavera de 2022, cuando empezó la crisis de inmigración, más de 133.000 inmigrantes han llegado a la ciudad, la mayoría latinoamericanos, y de ellos más de 64.000 están bajo cuidado de la ciudad, lo que incluye alojamiento, comidas diarias, servicios médicos y escolarización para más de 20.000 niños.
La Alcaldía ha recortado sus presupuestos debido a las previsiones del coste de la crisis en los próximos años, e incluso está ofreciendo billetes de avión gratuitos a otros destinos de Estados Unidos a los inmigrantes que quieran abandonar la ciudad voluntariamente, en un intento casi desesperado de descongestionar la urbe.